NUEVA YORK (EFE).- Una tormenta de nieve que ha dejado un espeso manto en Nueva York ha obligado a cancelar numerosos vuelos en los tres aeropuertos que sirven el área y crea dificultades en el transporte y las carreteras.
Según datos del Port Authority, la entidad que gestiona los puertos y aeropuertos de Nueva York, medio centenar de vuelos han sido cancelados en el aeropuerto internacional J.F. Kennedy desde que la tormenta comenzó a última hora de la tarde del martes.
En el aeropuerto de La Guardia, el número de vuelos anulados se acerca a 200, mientras que en el de Newark, en el vecino estado de Nueva Jersey y utilizado también por los pasajeros procedentes de Nueva York, se eleva a 430.
Las autoridades han instado a los viajeros a que se pongan en contacto con las compañías aéreas antes de desplazarse a los aeropuertos para comprobar la situación de sus vuelos.
Además, alertan sobre la peligrosidad de las carreteras y de que el servicio de trenes, si bien funciona, puede sufrir retrasos.
La nieve, que en algunas áreas suburbanas llega a los 30 centímetros, ha supuesto también el cierre de los colegios y de algunas instituciones, como las Naciones Unidas.
Las pocas actividades previstas ayer en la organización han sido canceladas, entre ellas una rueda de prensa del director de la división de población, Joseph Chamie, y sólo habrá unos servicios mínimos.
Durante toda la noche, más de 2.200 empleados municipales armados de palas y vehículos quitanieves trabajaron para despejar las calzadas y permitir la circulación de automóviles y autobuses.
Miles de toneladas de sal fueron vertidas antes de la nevada en las calles, sin que impidiera la acumulación de nieve tras varias horas de tormenta.
La ciudad tiene un presupuesto de 20 millones de dólares para afrontar las inclemencias del tiempo, pero un invierno especialmente frío ha hecho que se haya gastado ya todo el dinero.