AFP. SAO PAULO. La selección de Brasil, guiada por su estrella Neymar, atravesó el primer gran escollo ayer en su camino hacia la sexta corona al derrotar 3-1 a Croacia en el partido inaugural del Mundial, desatando el éxtasis en el país del fútbol tras una jornada de protestas.

El ídolo Neymar, autor de los dos primeros tantos de la Seleçao fue el artífice de una victoria clave para afianzar la confianza de un equipo que busca con obsesión la revancha por el Maracanazo de 1950, cuando Uruguay le arrebató la Copa y dejó una herida abierta que aún se mantiene. Pero los brasileños confían ciegamente que este joven desgarbado y de sonrisa fácil les regale el festejo que se frustró hace 64 años. La fiesta que comenzó muy mal para la verdeamarilla porque temprano, a los 11 minutos, el defensor Marcelo marcó en contra, generando el estupor y la sorpresa de los 61.000 torcedores que llenaron el flamante Arena Corinthians de Sao Paulo. Pero apareció el talentoso jugador del FC Barcelona y mostró que pese a su juventud puede guiar a una selección que vive bajo presión permanente en un país donde el fútbol es religión.

México y Camerún jugarán hoy en Natal, noreste, al completarse la primera fecha del Grupo A. Antes de que Neymar marcara sus dos tantos y Oscar, se desató la algarabía.

Scolari satisfecho

El seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari elogió la actuación de Croacia en su debut en el Mundial y aseguró que es un equipo que tiene altas posibilidades de clasificar a octavos de final. «Si pudiera hacer una apuesta de quien clasifica, sería ese equipo», aseguró Felipao en una rueda de prensa después de finalizar la victoria 3-1.

«La forma como ellos hacen los centros, difícil que otro equipo lo haga igual, entre la zaga y el portero. Cualquier error puede ser gol en contra. No sé como David [Luiz] no mandó la bola a Julio [César], fue suerte», siguió. El primer gol del Mundial en Brasil fue de la propia ‘canarinha’ pero en contra y de la forma que Scolari describió: Ivica Olic, tras una carrera por la banda izquierda, centró al área, donde Nikica Jelavic tocó ligeramente el balón para que el lateral Marcelo empujara el balón al interior de su propia portería.

El entrenador aseguró que «cuando se juega en casa y se recibe un gol el impacto es difícil de asimilar» por lo que aplaudió la forma como su joven equipo supo soportar a la presión. Dijo que la noche antes había charlado con varios jugadores que estaban muy nerviosos por el juego. «Fue un trabajo que cansó más que cualquier entrenamiento», aseguró y felicitó.