El comisionado de la NFL Roger Goodell tiene amplias facultades para sancionar a los equipos, entrenadores, jugadores, y, claro que sí, a los dueños.
A la espera que se completen las investigaciones de la policía en Florida – y seguramente otra de la liga – Goodell podría castigar a Robert Kraft, el propietario de los Patriots de Nueva Inglaterra tras ser imputado con dos cargos de solicitar los servicios de una prostituta.
Kraft, de 77 años, fue captado dos veces en video durante un acto sexual en una sala de masajes ubicada dentro de un centro comercial de Florida, informó el viernes la policía. Los cargos se derivan de un operativo en contra del tráfico sexual en el que se han emitido cientos de órdenes de arresto.
La política de conducta personal de la NFL señala que “a los propietarios y directivos de equipos o de la liga, tradicionalmente, se les imponen estándares más elevados y serán objeto de sanciones mucho más fuertes”. Goodell podría multar o suspender a Kraft de cualquier actividad en torno a los actuales campeones del Super Bowl.
“No es suficiente con simplemente evitar ser encontrado culpable de un crimen”, señala la política de la liga. “Se nos impone un estándar más elevado y debemos conducirnos de manera responsable, promoviendo los valores de la NFL, y de forma legal”.
Kraft ha sido acusado de delitos menores y podría realizar tan solo servicio comunitario y asistir a un curso sobre los efectos dañinos de la prostitución y el tráfico sexual. Goodell juzgará si sus acciones encajan dentro de la “conducta perjudicial a la integridad y la confianza pública” en la NFL.
No sería la primera vez que toma ese tipo de decisiones incluyendo la ocasión en que multó a Kraft y los Patriots con 250.000 dólares en 2007 por videograbar las señales de otros equipos, y con un millón de dólares en 2014 por desinflar balones durante la Final de la AFC. El “Deflategate” dañó la cercana relación de Goodell con Kraft, uno de sus más cercanos asesores en asuntos como derechos laborales y de transmisión.