“Ni bueno, ni malo”: la exitosa campaña de Kianny Antigua

“Ni bueno, ni malo”: la exitosa campaña de Kianny Antigua

Kianny Antigua es una de las figuras más representativas de la diáspora literaria dominicana.

Nacida en San Francisco de Macorís, reside en Estados Unidos donde comparte su accionar de escritora con la tarea de educadora; es esposa del sancristobalense Keysi Montás y madre de Mía, una encantadora niña que es su cómplice.

Pero además, ella es una gran luchadora a favor de los derechos de las personas y en los últimos meses ha emprendido la campaña “Ni bueno, ni malo” que tiene como objetivo que aceptemos nuestro pelo tal como es.

La idea surgió cuando, hablando sobre el particular con Ruth Herrera, la directora del Grupo Santillana, ambas coincidieron en sus planteamientos y llegaron a la conclusión de que “hay que hacer algo”.

“Dada mi situación geográfica, se me ocurrió la idea de abrir el grupo. Por supuesto, también cuento con el inmensurable apoyo de mi compañero, Keysi Montás, a quien inmediatamente le comuniqué el plan y, no solo me dio la patadita de la buena suerte, también se ha mantenido junto a mí, al pie del cañón”, explica.

A partir de ahí abrió un grupo a través de las redes sociales y pidió permiso a varias de sus amigas para usar fotos que mostraran sus cabelleras junto al lema “Ni bueno, ni malo”, y su tipo de pelo: crespo, lacio, rizo, rizado, ondulado… etc.

“Al día siguiente tenía unos 150 miembros en el grupo; luego más de 500, y al tercer día más de 1 000; ¡y las fotos llovían! ¡Apenas daba abasto! Se me acercó gente de todos lados y de muchas nacionalidades: salvadoreñas, hondureñas, estadounidenses, puertorriqueñas, costarricenses… y por supuesto, dominicanas y dominicanos de aquí y de allá, gente admirada, gente desconocida, gente querida, todas con una misma preocupación: la discriminación racial; y con una meta similar: erradicarla y, de una manera pacífica, concienciar a nuestra sociedad”.

También ha reunido fondos para llevar esta campaña hasta los medios de comunicación impresos y Kianny se siente tan satisfecha con la aceptación que ha tenido la campaña que comenta que ahora la gente la conoce más como la mujer del “Ni bueno ni malo”.

Ella recuerda “las vivencias personales, las del día a día, la que viví yo, la que vivió mi amiga, la que viven tantas de nuestras niñas”.

Al respecto señala los nombres de algunas que han sufrido esa discriminación, como su amiga Rosa Ross Benjamín a quien le exigieron que se desrizara tras conseguir empleo en una institución gubernamental. “Belisa Soriano, doctora y políglota, dejó a medio terminar una entrevista, molesta porque la entrevistadora le preguntó que si esa era la forma de ir a buscar trabajo, despeinada; ella se acababa de lavar el pelo y lo llevaba rizo”.

Otra mujer que cita es a la escritora Rosa Silverio, a quien fastidian porque no se plancha el pelo.

Aclara que su campaña es de corte humano y que todas las personas son bienvenidas.
“Es una alabanza a la textura de nuestro pelo, sea cual sea; un aliciente a nuestro amor propio y a nuestra belleza, una valoración a nuestras culturas”.

En cuanto a las niñas, se señala que la cuestión no es que ellas hagan lo que les dé la gana con su pelo, sino que las instituciones no obliguen a los padres a desrizar a sus hijas, y que ellas no vean en ese procedimiento la única salida.

“Ni bueno ni malo es un intento de concienciar a nuestra sociedad dominicana, a los padres, maestros, líderes, adultos en general. Ya está bueno de humillaciones y de desprecios”, concluye.

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