Ni fu, ni fa

Ni fu, ni fa

Este extraño título lo empleamos para reseñar la poca atención que prestan las autoridades gubernamentales a las denuncias serias de indelicadezas o de elementos de corrupción en una situación o circunstancia dada. No sólo los llamados a subsanar entuertos en la administración pública son los únicos responsables.

Otro de los poderes del Estado, el Legislativo todavía no reacciona cuando leyes aprobadas por los congresistas y votadas por el Poder Ejecutivo, son violadas burdamente  no obstante la denuncia responsable, sea por informadores serios, por la prensa, la radio o la televisión. Virtud a esto,  los organismos o los funcionarios llamados  a ponerle coto a esa anómala situación, simplemente se hacen de oídos sordos, importándoles un comino la institucionalidad o su responsabilidad frente a los ciudadanos que con sus impuestos pagan los altos salarios que devengan.

En nuestro país se han suscitado casos muy graves en donde, si hubiesen funcionarios serios y responsables, la renuncia sería su única salida.  Sin embargo, como no tienen ni honestidad ni tampoco dignidad, se hacen los suecos y que siga el mundo girando a su alrededor. Los funcionarios llamados a tomar acciones drásticas contra estos depredadores del erario, por solidaridad no ejecutan las sanciones pertinentes.  Piensan, que el día que ellos estén en la oposición, algún “cachanchán” pedirá que se aplique la política de “borrón y cuenta nueva” y así seguiremos sin tomar responsabilidades, “per secula seculorum” como dirían los religiosos,  o mejor dicho hasta la eternidad.

Existen varios organismos dedicados a subsanar males ancestrales que se denuncian, prácticamente todos los días, y sin embargo no hacen nada para remediar esta bochornosa situación, lo cual constituye un baldón para nuestras instituciones públicas.  Pero, no pasa nada y los agraviosos se quedan con su cara muy fresca y hasta se burlan de los incautos que todavía creen en la democracia representativa, la pluralidad y la justicia.

La Suprema Corte de Justicia escapa a sus obligaciones cuando se hace la indiferente en casos graves de violación a la Constitución. Afortunadamente, en el nuevo texto se crea una Corte Constitucional que suponemos dará al traste con las violaciones que en muchos casos no ha sabido manejar los actuales jueces, algunos de ellos, como dijo una vez el presidente Betancourt, están “obsoletos y periclitados”.

Mientras en nuestro país no nos apeguemos y respetemos la institucionalidad, seguiremos siendo objeto de burlas y se nos tildará de “monte y culebra” como expresa una comunicadora muy temprano en la mañana. Por eso, a los funcionarios gubernamentales no les importa “ni fu ni fa” lo que se piense de ellos, ya que como no tienen ni ética, ni moral y menos dignidad, con los hacedores de imagen, la misma, en el caso de los legisladores, puede ser comprada con los dineros provenientes  del inconstitucional “barrilito”, “cofrecito” o MORDIDA como es clasificado este deleznable y degradante accionar en otros países latinoamericanos. No sabemos quién le pondrá el cascabel al gato, pero sí estamos ya hastiados de tanta desvergüenza constitucional. 

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