Ni Katrina ni Irak

Ni Katrina ni Irak

ANTONIO PEÑA MIRABAL
Es probable que muchas personas piensen que las razones del incremento que experimenta hoy día el precio del barril de petróleo en los mercados internacionales, sea como consecuencia del paso del Huracán Katrina por las costas del sureste norteamericano, así como la guerra de baja intensidad con características de guerra civil, que se lleva a cabo en Irak después de su ocupación por tropas norteamericanas. Para los que no somos expertos en este tema, esas son las primeras ideas que surgen al momento de justificar los altos precios con que se cotiza el oro negro en los mercados mundiales.

Pero resulta que realizando las investigaciones de lugar, encontramos que tanto Katrina como Irak son causas coyunturales, del momento, que agravan la situación de este importante recurso natural que mueve la economía mundial. Los factores fundamentales que empujan el precio del barril de petróleo son otros, ligados estrechamente a la industria, su mercado y al desarrollo de nuevas tecnologías para su exploración, explotación y comercialización.

Investigando he descubierto que en las dos regiones de mayor producción de petróleo del mundo, Mar Caspio y Golfo Pérsico, los que explotan esos pozos petroleros tienen varios años invirtiendo pocos recursos económicos para la exploración de nuevos pozos, lo que provocó que para el año 2003 los nuevos hallazgos de petróleo se redujeran a menos de siete billones de barriles anuales, lo cual es muy inferior a los casi doce billones de barriles que se descubrieron en los años de la década de los noventa. Este hecho conecta directamente con una reducción significativa en la oferta de esta mercancía, lo cual repercute en aumentos de precios. A finales de los noventa la economía mundial tuvo que enfrentar inconvenientes que contrajeron su crecimiento, lo cual desmotivó las nuevas inversiones en la explotación de nuevos pozos petroleros, creando una restricción en la oferta del producto.

Diferente a lo ocurrido a finales de los noventa y hasta aproximadamente el año 2003, en la actualidad la economía mundial ha experimentado un crecimiento abrupto, que ha generado un incremento desproporcionado de bienes y servicios, entre ellos el principal producto a partir del cual se produce energía: el petróleo.

Estados Unidos va a un ritmo de crecimiento de un 4.6%, Japón a un 3.1%, China, que es el mayor mercado del mundo, a un ritmo de un 9.3% y los demás países desarrollados a un ritmo de un 6.5%. La combinación de aumento de la demanda de petróleo por el crecimiento económico que experimenta la economía mundial, con la restricción de la oferta por parte de los mayores productores de petróleo, incide definitivamente en los aumentos que experimenta hoy día ese importante producto. Es como que usted vaya al mercado con 10 gallinas y allí se encuentre con que 20 comerciantes están esperándolo para comprárselas. El juego de la oferta y la demanda de seguro que encarecerá su producto, y si usted tenía pensado vender cada gallina por $100 pesos, es probables que termine vendiéndolas cada una a $150 o $175.

Otra de las cosas que descubrí en las investigaciones que llevé a cabo para tener una idea clara de por qué los altos precios del petróleo es que el mercado petrolero es imperfecto. ¿Qué significa eso? El cártel de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) impone cuotas de producción a sus países miembros e inciden en la definición productiva de los no miembros, como es el caso de México y Noruega. Es un mercado que es desabastecido de forma intencional con el propósito de mantener precios altos. Ese es otro factor fundamental que contribuye con los altos precios del petróleo. Los brasileños, en su momento, tiraban al mar miles de quintales de café para evitar la saturación del mercado y de esa forma evitar que los precios internacionales se deprimieran. Otro factor que está incidiendo en los altos precios del petróleo, es que la capacidad instalada para refinarlo es limitada y no ha crecido en proporción a la demanda, lo que obliga a tener una producción que sobrepase la capacidad de refinamiento por el embotellamiento que esto representaría y los costos financieros involucrados en el mismo. Como puede verse, lo de los precios altos del petróleo está más allá de Katrina e Irak; su abaratamiento no se vislumbra en le corto plazo.

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