Ni lambones ni limpia sacos

Ni lambones ni limpia sacos

Teófilo Quico Tabar

A algunos de nuestra generación nos denominan rosca izquierda, porque expresamos libremente lo que pensamos, aun cuando no sea del agrado de otros que estén o se consideren jerárquicamente por encima. Pero lo hacemos porque entendemos que es un deber y una obligación. Para que, dentro de la formalidad y decencia se sepa, que hay voces que llaman la atención y a la reflexión.

Buena parte de esa generación, sobre todo con conciencia antitrujillista y que participó en los acontecimientos posteriores a la desaparición de la dictadura, podemos recordar que a principios de la década del 60 se puso de moda la expresión de: lambones y limpia sacos. Calificativos con los que algunos definían a los que entendían que defendían posiciones políticas de adeptos al régimen.

Muchos de esa generación lamentablemente se fueron adelante, pero quedan otros con los cuales tengo el honor de mantener comunicación. En ellos se creó una especie de muro en contra de esos calificativos. Eso lo recordarán: Bernardo Defilló, J. J. Puello, Fernando Batlle Pérez, Hipólito Mejía, Carlos Julio Báez, Juan Bolívar Díaz, Fernando Mangual, Fafa Taveras, José Israel Cuello, Negro Veras, Leonte Brea, Pin Montas, Cayetano Rodríguez, Tony y Narciso Isa Conde, Ito Cruz Infante, Luis Shequer, Humberto Rimoli, Eulalia Flores, Emmanuel Esquea, González Cano, Héctor y Jacobito Valdez, Efraín Castillo, Cabito Gautreaux, el Bacho, así como muchos otros, que aún teniendo pensamientos o ideologías encontradas, nos formamos bajo el concepto del respeto a la dignidad humana y del derecho a disentir. O sea, que nos vacunamos temprano contra el “limpiasaquismo” y el “lambonismo”.

Quise recordar esto como preámbulo para expresar que, aunque no les guste a algunos, Luis Abinader tiene pleno derecho a optar por un periodo de Gobierno más. Y que solo él y su partido deben decidirlo. Porque la Constitución le otorga a los presidentes la oportunidad de optar por un periodo adicional al que fueron electos, de forma consecutiva. Una Constitución que él no propició y que fue aprobada y promulgada cuando él todavía no era figura preponderante en el acontecer político.

Todo lo demás son discursos. Con intereses partidarios, económicos o como analistas. Pero en esta oportunidad particular, Luis está en el derecho de optar por un nuevo período. Lo que debe ser decidido, repito, solo por él mismo y por su partido. Lógicamente habrá de someterse al escrutinio de la ciudadanía.

Expreso esto, como lo hago cuando manifiesto por las vías correspondientes que no estoy de acuerdo con determinadas y viejas metodologías de la administración pública. Porque supongo que a pesar de la edad, para eso se me solicitó participar en un área que por su naturaleza rechazo y de la que espero la oportunidad propicia para salir.

Gracias a Dios pertenecemos esa generación a la que el poder no obnubila. Aprendimos a respetar y a disentir. Sé que seguidores y contrarios de Abinader opinarán a favor y en contra de su decisión. Con sus razones u objetivos que no discuto. Pero pretendiendo ser auténtico y manteniendo el principio del derecho a expresar mis criterios, reitero que Luis Abinader no peca optando por lo que la Constitución le permite.

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