Ni las puertas de los hospitales se salvan

<P>Ni las puertas de los hospitales se salvan</P>

Los entornos de los hospitales públicos de Santo Domingo no se salvan del caos en el transporte público y en la ocupación de las aceras. Esta foto recoge lo que ocurre en la cercanía del más grande hospital infantil del país, el Doctor Robert Reid Cabral. Los vehículos se aparcan en una zona que debe estar libre para que los pacientes puedan acceder con facilidad al área de emergencia. También los tarantines ocupan la acera de ese sitio. Algo similar fue visto ayer en el hospital Luis Eduardo Aybar, en la zona norte. 

Las entradas de los hospitales Francisco Moscoso Puello e   Infantil Robert Reid Cabral han sido convertidas en mercados, donde se vende  frutas, ropa de todo tipo, víveres, jugos, frituras y medicamentos.

La agresividad de   quienes  ocupan estos espacios en los frentes de los hospitales es de tal magnitud que una turba de vendedores le fue encima al foto-reportero Pedro Sosa, a quien golpearon, amenazaron y hasta  intentaron quitarle la cámara.

Cuando apenas faltaban 24 horas para la inauguración del anexo del hospital Robert Reid Cabral, por  la primera dama de la República, ya el frente del centro asistencial estaba arrabalizado por los vendedores de frutas, helados, ropa para niños, paleteros y otros.

Desde que vieron el equipo de prensa, sobre todo al fotoreportero, los vendedores les fueron encima, unos los agarraban y otro lo golpeó en la cabeza, alegando que estaban prohibidas las fotografía en ese lugar.

 “Si sigues tirando fotos te matamos, te picamos, tenemos permiso del Ayuntamiento para estar aquí, no queremos fotos, coño; tanto que joden, de aquí no nos saca nadie” vociferaba la turba que insistentemente amenazaba al periodista Sosa.

Una señora que salía del hospital con un niño entre los brazos gritó: “déjenlo, abusadores, no ven que él está trabajando, vayan a la Policía, si fuera un delincuente no lo atacan”.

Mientras los vendedores ocupan la acera  adoquinada y los contenes pintados, dos  carriles de la avenida Abraham Lincoln son  ocupados por los carros del concho y los taxistas.

 Algunos choferes incluso estacionan sus vehículos justo en la  entrada de Emergencia.

Toman Moscoso

Si el frente del Robert Reid Cabral se ha convertido en  arrabal, el del Francisco Moscoso Puello no tiene comparación, ya que tanto el carril de adentro como la acera, en la avenida Nicolás de Ovando, son un verdadero mercado.

En pleno carril de la Nicolás de Ovando hay estacionadas camionetas, triciclos, carretas y otros vehículos cargados de víveres, coco, legumbres y frutas de la época, en tanto que encima de la acera han sido colocadas carpas para cubrir las mercancías que se exhiben como ropas para todos los gustos y sexos, para niños y adultos, así como fritura y hasta medicamentos.

Una vecina del hospital que se identificó como Margarita se acercó a los reporteros para expresar que las autoridades municipales y del hospital son responsables de que el frente del centro asistencial fuera convertido en un mercado que crece cada día.

Entre los vendedores abundan los de origen extranjero, especialmente haitianos y los productos son expuestos al aire libre, entre moscas y otras alimañas transportadoras de enfermedades.

Además, personas con enfermedades de todo tipo van y vienen por entre las mercancías, sin que el Ministerio de Salud Pública tome medidas para evitar contaminación y contagio.

 “Yo no sé cómo las autoridades permiten que se venda comida frente a un hospital; eso es como para que la gente se muera; este es un país sin educación, sin conciencia sobre lo que conviene o no conviene consumir”, explicó Santiago Robles, quien salía del hospital.

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