Los recortes impositivos de Trump podrían llevar la deuda al 116% en 2028 y con las propuestas más conservadoras de Harris aumentaría al 109%
Ninguno de los dos candidatos que busca ser favorecido en la elección presidencial pautada para hoy en Estados Unidos, abre una ruta clara que conduzca a una desactivación de la potencial crisis de deuda que se incuba en la principal economía del mundo. Por el contrario, los planes de ambos profundizarían el déficit fiscal que obligaría a mayor endeudamiento.
La situación podría ser peor si el candidato que resulte electo no logra contar con la mayoría del Congreso, lo que le dificultaría apoyarse en la creación de nuevos impuestos para evitar que se agrave el déficit, lo que le obligaría a depender principalmente del endeudamiento.
Aunque los inversores se mantienen optimistas sobre las perspectivas de la política fiscal estadounidense, como lo demuestra el hecho de que el apetito por comprar bonos del Tesoro se ha mantenido incluso cuando el déficit anual de Estados Unidos para el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre aumentó a 1,83 billones de dólares desde los US$1,7 billones del año anterior, algunos analistas advierten que una trayectoria fiscal insostenible corre el riesgo de provocar volatilidad en los mercados.
La deuda estadounidense ya está en camino de alcanzar el 99% del PIB este año y hace poco el jefe ejecutivo del banco estadounidense J.P Morgan Chase, Jamie Dimon, encendió la alerta de que Estados Unidos se acerca a toda velocidad a un precipicio a medida que la deuda sigue aumentando. «Es un precipicio, estamos viendo un abismo. Está a unos 10 años de distancia».
Bloomberg Economics estima que los recortes impositivos de Trump podrían llevar la deuda al 116% en 2028 y que con las propuestas más conservadoras de Harris aumentaría al 109%.
Trump ha prometido la reducción de los impuestos sobre la renta, ampliar los recortes impositivos aprobados durante su primer mandato (que de otro modo expirarían a fines del próximo año) y también reducir aún más los impuestos sobre la renta corporativa. Incluso, ha planteado poner fin a los impuestos sobre las propinas, el pago de horas extras y los beneficios de la Seguridad Social.
Afirma que la pérdida de ingresos se compensaría parcialmente con nuevos aranceles sobre los bienes importados.
Harris, en cambio, sólo extenderá los recortes impositivos de Trump de 2017 para quienes ganan menos de 400.000 dólares, revertiría los recortes que vencen para los estadounidenses más ricos. También se ha comprometido a aumentar la tasa impositiva sobre la renta corporativa e imponer un impuesto mínimo para los multimillonarios.
Por el lado del gasto, se ha comprometido a ampliar los créditos fiscales por hijo para las familias y ofrecería exenciones para las empresas más pequeñas.