Ni siquiera uno

Ni siquiera uno

Aquel día caminaba con mi hermanito Virgilio, de tres años, quien se había roto un brazo jugando en el patio de la casa. El doctor Ulises Cruz Ayala me dijo que comprara (creo que dijo) una gasa de yeso porque en el hospital Jaime Mota, de Barahona, no  había para inmovilizarle el brazo al niño.

Hablo del año 1953. Entonces, el trujillaje estaba en su jugo, era dueño del país y no se había descapitalizado con la construcción de la Feria de la Paz  y no había para enyesar un brazo.

Ya se había escuchado el merengue cuya letra decía:

“Lo que no sirve se bota,

Que lo boten de una vez”.

Merengue que se escuchaba  ante el mal servicio del sistema eléctrico.

Por ahí anda de nuevo “La Miseria” que está acabando y de Siña Juanita ni hablar, que en el campo nadie tiene para comprarle el gallo bolo y la puerca “polanchina” porque ya la gente carece hasta de los siete “clavaos”.

Ahora para que la gente coma hay que mandarle un vale del Gobierno mientras crecen el desempleo, la miseria, la falta de higiene, la falta de aulas, pupitres, maestros que sepan y un desayuno escolar que o sirve leche que sirva o se mete preso al que la altera y la vende para consumo de los niños o se encarcela al funcionario que acepta el alimento en malas condiciones. Espérelo sentado.

Como los niños se enfermaban por andar descalzos el régimen fundó una fábrica de zapatos y mandó la guardia a pisotear a quienes caminaban las calles con los pies desnudos, para que se proveyeran de zapatos. Cincuenta, sesenta años después la situación empeora en vez de mejorar.

Este país, aunque no queramos admitirlo, camina muy bien, a buena velocidad, somos capaces de tener mejores números que el peor, porque caminamos para atrás, como el cangrejo.

Uno se pregunta: ¿para qué carajo quieren llegar al poder? ¿Es que son tan avariciosos y tan brutos que ni siquiera se dedican a resolver un problema, uno sólo?

Se llenan de dinero, de bienes, de propiedades pero no ven más allá de sus bolsillos. Ni siquiera se dan cuenta de que si generaran mayor riqueza para el país, más dinero tendrían para llenar sus insaciables apetitos. Acotejan anualmente un Presupuesto que no cumplen y nadie les reclama, la Contraloría les  sirve para tapar los robos de los funcionarios, la Cámara de Cuentas es buena para ocultar los malos manejos del gobierno central. No hay energía eléctrica, igual que hace 50 años, no hay  medicinas en los hospitales, no hay fuentes de trabajo, no hay seguridad alimentaria, no hay un sistema educativo que enseñe a vivir,  a trabajar. Sólo se requiere de un gobierno que tenga un freno moral. Nada más, pero nada menos. A ver si se resuelve un problema, comenzando con la corrupción.

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