Ni un peso menos

Ni un peso menos

La secretaria de Educación, Alejandrina Germán, ha advertido que no aceptará recortes en la asignación presupuestal de poco más de RD$36,200 millones que ha solicitado para el próximo año. Sería aventurero enjuiciar esta advertencia sin tener a la mano la planificación que dicha cartera haya preparado para el año próximo. Sin ese detalle es imposible justificar o censurar el monto presupuestado.

Sin embargo, queremos, de antemano, respaldar esa advertencia de no aceptar «ni un peso menos» de lo solicitado, que ha hecho la secretaria de Educación.

Durante el actual año escolar han sido muchos los reportajes publicados por los diarios acerca de escuelas en condiciones no aptas para la docencia.

El presupuesto para el capítulo correspondiente debe ser lo suficientemente holgado como para solucionar este problema, de modo que no haya planteles destartalados ni estudiantes recibiendo clases sentados en el suelo, como ha estado ocurriendo.

También es preciso invertir en actualización y preparación de personal docente y en crear las condiciones ambientales para la docencia.

Hay que mejorar la relación profesor/número de alumnos por aula para que pueda haber un mejor aprovechamiento de la docencia y del tiempo de clases.

-II-

Desde ese punto de vista y partiendo de la premisa de que la educación es el motor del progreso, merecen nuestro respaldo los reclamos de recursos que haga la secretaria de Educación porque la enseñanza, la preparación de nuestros jóvenes para el porvenir, es una de las inversiones más rentables que puede hacer un Estado.

Asignarle a una institución una cantidad aparentemente adecuada, para después recortarla por medio de transferencias de fondos, ha sido una de las prácticas más dañinas de nuestro país.

También ha perjudicado el desempeño de muchas instituciones la práctica frecuente entre congresistas, de recortar las asignaciones presupuestales de unos para aumentarle a otros por compromisos políticos o ventajismos de cualquier índole.

En estos tiempos de globalización y tratados de libre comercio, cuando los adelantos tecnológicos han hecho más rigurosa la clasificación de la mano de obra y se requiere mejor preparación del personal, no se puede andar con regateos que perjudiquen la enseñanza.

Por eso entendemos que la exigencia de la titular de Educación merece ser respaldada porque, al margen de sus iniciativas para mejorar la enseñanza y tratar de sacarla de su estancamiento, ese respaldo compromete a hacer lo que más convenga en esta materia.

Tiene asidero el interés de la titular de Educación por lograr un presupuesto holgado, sobre todo porque en su prédica, el Gobierno le confiere a la educación un sitial de primer orden.

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