¡NIDIA SERRA: EL LEGADO IMPLICATORIO!

¡NIDIA SERRA: EL LEGADO IMPLICATORIO!

“Lo que más me impresionaba de ella, aparte de su cálida sonrisa y sus ojos claros, era su desprendimiento. Nidia Serra descuidó su carrera personal para entregarse en cuerpo y alma a la enseñanza de niños y jóvenes. Por décadas, estuvo en su Centro de Arte de la Zona Colonial recibiéndonos a todos. Una maestra en todo el sentido de la palabra. Nunca exigió ni reclamó la fama que le correspondía. Su satisfacción era el arte viniera de quien viniera”…(Enriquillo Amiama, 2021).

La palabra “legado” es sólo uno de los tantos términos eufemísticos, asumidos, reciclados y mixtificados como instrumentos discursivos de oblicuidad, borradura y ocultación estratégicas. Y al parecer sí que hechiza hasta la desesperación hasta estadistas, ediles, funcionarios, tecnócratas, legisladores, fiscales, policías, jueces, burócratas, faranduleros, estilistas y extremistas de la “buena imagen”.

Un legado podría estar constituido por cosas materiales o inmateriales. En los campos de la ciencias sociales, la cultura y las humanidades, la expresión nos remite a los elementos y hechos objetivos que ciertas personas, instituciones, empresas o instancias vinculadas a un proceso histórico hayan aportado en favor de la colectividad y las nuevas generaciones.
El legado no es un deseo ni una profecía ni una performance.

¿Quién deja un legado? Lo primero es que nadie que realmente vaya a dejar un legado auténtico lo va a dejar precisamente porque anuncie su intención de hacerlo. No hay prédica. Un verdadero legado se procesa, se ilumina, se deja y ya.

El legado es la prueba cristalina, sumatoria y axiomática de la intensidad de la convicción, la ofrenda y la misión cumplidas.
Y este es el caso paradigmático de Nidia Serra Velázquez (1928-2010), creadora multidisciplinaria; educadora; periodista y promotora cultural.

Pionera de la educación artística infantil y aportadora primordial al desarrollo de las artes plásticas y visuales dominicanas de la modernidad. Desde su etapa formativa; sus búsquedas estéticas particulares; su actividad productiva en el taller y su vida familiar, además de sus aportes notables desde la docencia y la gestión cultural, trasciende el legado material, espiritual, inspirador e implicatorio de Nidia Serra.

Mas de seis décadas de trayecto productivo con importantes reconocimientos en su país y el extranjero, permitieron a Nidia Serra demostrar de forma única su idea primorosa de que la condición artista radica en la consagración al oficio; en la autenticidad de las convicciones estético-filosóficas; en la apertura hacia los otros y en el pacto sensible y abrasador con su sociedad y su tiempo.

Pocas veces se ha registrado en el estrellato artístico nacional una personalidad tan ecuánime ante el desubique y la frivolidad. Más bien, impresionante, pegadiza y aleccionadora, resultaba la entrega, siempre proactiva y efusiva de Nidia Serra sobre lo básico, el rigor y lo trascendente. Mujer, artista, intelectual, maestra de generaciones, Nidia Serra ha dejado un legado radical a su pueblo y su nación.

La producción artística de Nidia Serra se sostiene en el rigor técnico; la búsqueda de la plenitud formal y la fluidez armoniosa de la línea, así como en la efectividad expresiva del diseño y el color.

El “vuelo” postimpresionista de sus retratos, flores, frutas y paisajes; el exquisito manejo de la luz natural; la calidez y trasparencia de su paleta, traslucen un lúcido y distintivo olvido de los radicalismos vanguardistas y un poderoso nexo estilístico con la academia dominicana y las primeras vanguardias europeas del siglo XX.

Tenía Nidia Serra una presencia física electrizante. Pero más poderoso era su energía femenina espiritual. Toda ella y sus ideales están en su poética y sus obras. El sagrado homenaje a los patricios y a la cadencia energética de la corporeidad interracial.

La celebración del paisaje y el sentido de la tierra. El paroxismo del amor, la ternura y la maternidad. Las trasparencias del “aire de la isla”; la cálida policromía; las pulsiones vitales del pueblo y el barrio desde sus calles, fachadas, interiores y espacios citadinos de intramuros.

Más que en su producción plástica y por encima de su consagración a la docencia en su escuela privada, la Escuela Nacional de Bellas Artes y otros centros educativos del país, el legado de Nidia Serra se fragua desde los mismos valores esenciales que cultivó y siempre irradió.

La honestidad; el respeto; el rescate de la memoria y los símbolos identitarios; la lealtad y la fraternidad, son aspectos clave del legado humanístico y emocional de Nidia Serra. Porque su legado hay que apreciarlo en su ejemplar coherencia; en la plenitud de su compromiso social; en las consecuencias de su ofrenda apasionada y en los resortes éticos de su admirable integridad como mujer y ser humano.

SINTESIS DE NIDIA SERRA
Nidia Serra nace en Santo Domingo el 22 de julio de 1928 y fallece el 21 de junio del 2010. En 1946, forma parte de los primeros egresados de la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1948, recibe Mención de Honor en la Exposición Femenina de Río de Janeiro, Brasil. En 1960, por su obra “Mulata”, recibe el Premio Único de Dibujo de la X Bienal de Artes Plásticas. En 1969, crea el Concurso de Pintura Infantil Navideño y el Centro de Arte Nidia Serra, donde inician su formación artistas hoy reconocidos como Enriquillo Amiama, Raúl Recio, Scherezade García y Giannina Azar.

En 1979, Nidia Serra expone en el Palacio de Bellas Artes de México, DF; es designada presidenta de honor de la Asociación de Prensa Mexicana y“Dama de América” por el Consejo de los Derechos de la Mujer de México y la Organización de las Naciones Unidas. En el 2000, fue condecorada por el gobierno dominicano con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Caballero. En diciembre del 2020, el Centro de Arte Nidia Serra, dirigido en la actualidad por Nancy de Menicucci, junto al Voluntariado del Banco de Reservas, celebraron la 51 edición del Concurso de Pintura Infantil Navideño Nidia Serra.

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