POR LEONORARAMÍREZ S.
Si los choferes de autobuses del transporte público y los cobradores de los mismos se comportan inadecuadamente, en el sentido del respeto que se merecen los usuarios y los demás transeúntes, no es responsabilidad de los sindicatos sino del Estado, porque esas organizaciones no tienen recursos para implementar planes educativos, a juicio de Eridania de los Santos, quien dirige la ruta Las Mercedes-La Victoria, del municipio Santo Domingo Norte.
En el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio se les preguntó a los empresarios del transporte porqué, en la generalidad de los casos, ofrecen un servicio deficiente, y en adición en determinadas ocasiones choferes y cobradores exhiben un comportamiento violento.
“Nosotros hacemos 25 kilómetros desde Las Mercedes, paraje La Virgen, de donde movilizamos cientos de personas. De ahí salen hombres y mujeres que se levantan a las 4:00 de la madrugada a ofrecer un servicio que, malo o bueno, es el único que hay y cobramos 15 pesos desde allá hasta La Feria, en el Distrito Nacional.
“Lo de la educación tenemos que exigírselo al gobierno porque nosotros somos parte de la sociedad, y aunque se nos quiera ver como delincuentes somos parte del país, y brindamos un servicio que quiérase o no el gobierno no lo ofrece”, expresó.
De los Santos dijo que por el déficit que generan los costos operacionales no pueden ofrecer un sistema educativo para choferes y cobradores, ni tampoco sustituir las unidades que se deterioran por el mal estado de las calles que transitan.
Respecto al mismo tema Juan Hubieres, presidente de la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (FENATRANO), manifestó hay un problema de falta de autoridad comenzando por la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) y la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), entidades que no tienen en sus vehículos ni placas ni revistas.
El propio Estado impone un desorden, y cuando un coronel le dice a un agente de AMET que tiene que llevarle 20 multas diariamente, hay igual cantidad de culpables independientemente de cómo se comporten.
“Admito que una de nuestras debilidades es el trato al usuario, la pelea permanente en que hemos estado no nos ha hecho comprender la necesidad de elevar la educación de choferes y cobradores, pero también cuando el Estado no regula, sino que permite la competencia alocada por razones económicas o políticas, está propiciando el desorden entre gente que no gana por salario sino por cantidad de personas transportadas”.
Ramón Pérez Figuereo, presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Unificados (CNTU), expresó sobre el mismo tema que ellos firmaron un convenio con la AMET para controlar las rutas del transporte, para evitar que al sistema entren personas no autorizadas, pero ese acuerdo ya no se aplica porque el único interés de esa entidad es recaudar dinero.
“Por más que nosotros intentemos prevenir situaciones, no podemos asumir el papel de la Policía, que es mantener el orden público. Es por eso que entre los reclamos que hacemos al gobierno está la creación de una escuela de educación para choferes”.