POR EVARISTO RUBENS
El director ejecutivo del Instituto Azucarero (INAZUCAR) negó la información que publicó el periódico Nueva Herald, de Miami, sobre las condiciones de trabajo en que se desenvuelven los haitianos que participan como obreros en la industria azucarera dominicana.
El licenciado Faustino Jiménez indicó que los trabajadores azucareros, específicamente los que laboran en el corte y tiro de caña o en otras faenas agrícolas en el mismo sector, ya sea en plantaciones pertenecientes a los ingenios (administración) o en las de colonos particulares, reciben el mismo tratamiento sin importar su nacionalidad.
Dijo que ese tratamiento se fundamenta en la existencia en el país de una política de respeto absoluto de los derechos humanos y dentro de ésta, de respeto a los derechos del trabajador.
La tarifa percibida, tanto por obreros dominicanos como de otras nacionalidades, es uniforme para toda la industria azucarera y su contratación para el trabajo es voluntaria; teniendo el obrero total derecho de elegir a cuáles de los ingenios azucareros quiere ir a prestar sus servicios, sostuvo Jiménez.
Señaló que los trabajadores de origen extranjero que operan en la industria azucarera dominicana se cuantifican en tres grupos: 1) Los que se han nacionalizado dominicanos, 2) los que tienen residencia permanente en el país, y 3) Los que vienen al inicio de cada zafra azucarera y regresan a su país al final de la misma.
Indicó que los que corresponden al tercer grupo eran contratados en el pasado reciente por el Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
No obstante, debido a que esta empresa ya no produce azúcar, en la actualidad, cada empresa azucarera contrata los trabajadores que requiere y éstos son dotados de un carnet de identificación por parte de la Dirección General de Migración. El funcionario manifestó que la contratación se lleva a cabo en territorio dominicano, pues la República Dominicana, ni ningún productor de azúcar en particular tiene centro de reclutamiento de braceros ni en Haití ni ningún otro país.
Previo a la llegada de esos trabajadores a las instalaciones a donde van a realizar sus tareas, los ingenios invierten millones de pesos en el acondicionamiento de los lugares a donde van a vivir, en la compra de los instrumentos de trabajo que les proporcionan, al igual que botas, camas y colchones entre otras indumentarias, dijo.
Expresó que en cada una de las comunidades o bateyes donde viven, hay un encargado de batey, que en más de un 95 por ciento es de la misma nacionalidad de los extranjeros, que actúan en el corte y tiro de caña.
Agregó que éstos hablan el mismo idioma y están revestidos de los mismos rasgos culturales. Entre esos trabajadores, ocurre de manera permanente un flujo migratorio de un ingenio a otro sin importar quien los haya contratado; sin que medie para evitarlo ningún tipo de acción coercitiva de parte de la empresa contratante, dijo.
Ahora bien, la denuncia del Nuevo Herald forma parte de una conjura internacional en contra de la República Dominicana, que busca desesperadamente que el Congreso Norteamericano no ratifique el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y nuestro país, manifestó el director de INAZUCAR.
Consideró que los artífices de esa acción deleznable son sectores nacionales de origen extranjero a los que el país les ha dado calurosos recibimientos y revestidos de hospitalidad; sin que esos mismos sectores hayan tenido la delicadeza y la hidalguía para reciprocarle a la nación esos atributos.
Explicó que no es a una empresa en particular, a la que esos sectores buscan dañar, sino a toda la industria azucarera y con ello a toda la nación.
Indicó que no les preocupa a esos sectores, la destrucción de una industria que como la del azúcar le ha aportado tantos beneficios a la economía dominicana.
Para ellos no significa nada la pérdida de 75,000 empleos directos y 375,0000 indirectos, la generación de 100 millones de dólares por año, que sumados a las ventas locales, les aporta a la economía RD$9,000 millones cada año, dijo Jiménez.
Añadió que nada de esto les preocupa a estos sectores y que sólo les preocupa los pingües beneficios que reciben de entidades internacionales que adversan al país, por la venta de información carente de objetividad y veracidad, a través de las llamadas organizaciones no gubernamentales (ONG).
Se preguntó que por qué no coadyuvan en la búsqueda de ampliación del mercado azucarero internacional.
Esos sectores pueden influir en la Unión Europea para que le permita al azúcar dominicana accesar a su mercado. Con ello, se lograría una expansión de la producción azucarera, las industrias obtendrían mayores ingresos, con los cuales mejorar cada vez más las condiciones de todos los trabajadores en esa industria, expresó.
Indicó que también deberían denunciar con la misma fuerza, las grandes distorsiones con que opera el mercado internacional azucarero, por los enormes subsidios que los grandes países industrializados les otorgan a sus productores en detrimento del grupo de países de Africa, El Caribe y del Pacífico (ACP) productores de azúcar y a los cuales pertenece la República Dominicana.