Niegan nexos con terror

<p>Niegan nexos con terror</p>

MADRID (AP).- Tres marroquíes que presuntamente ayudaron a tramar los atentados ferroviarios madrileños del 2004 negaron ayer su participación en el mayor ataque islamista perpetrado en territorio europeo, y condenaron la violencia de todo tipo.

Entre los que declararon fue el hombre que según la fiscalía aparece en un vídeo en el que se atribuye la responsabilidad de los atentados, otros con presuntos lazos con un grupo terrorista norafricano y un tercero que según varios testigos colocó algunas de las mochilas llenas de explosivos en los trenes de cercanías.

Uno tras otro, los tres negaron tener conocimiento alguno de los ataques e insistieron no tener contacto con los otros presuntos cabecillas de la trama, además de denunciar que las autoridades recurrieron a testigos que los reconocieron de imágenes de la televisión en lugar del lugar de los hechos el 11 de marzo del 2004.

“A nadie conozco y nadie me conoce’’, afirmó Hasan el Haski, de 45 años, que según la fiscalía fue el líder en España del Grupo Combatiente Islámico de Marruecos, una organización islamista relacionada con varios de los presuntos atacantes. “Ese grupo no existe, no tiene un cuartel general’’.

Son juzgados 29 sospechosos por su presunta participación en los ataques ferroviarios, en los que murieron 191 personas y más de 1.800 resultaron heridas, muchas de ellas paralizadas o que sufrieron la amputación de extremidades.

Otros de los acusados que declaró el viernes fue Jamal Zougam, que regentaba un comercio en el que fueron adquiridas la mayoría de las tarjetas de los teléfonos móviles utilizados para detonar las bombas, y que según los testigos colocó por lo menos una de las cargas explosivas.

Zougam se rió en voz alta al leer el fiscal algunas de las acusaciones, siendo amonestado por el juez. Se negó a responder a pregunta alguna, incluyendo uno de los abogados de las víctimas que le preguntó cómo podía explicar el hecho de que las tarjetas de los teléfonos fueran adquiridas en su comercio.

“No responderé’’, dijo Zougam. El acusado de 33 años dijo que se encontraba durmiendo durante las explosiones y que cualquier testigo que cree haberlo visto colocando una bomba en uno de los trenes está confundido por haber aparecido su rostro en la televisión.

“Estaba durmiendo. Si estoy durmiendo en la casa de mi familia no puedo ir a ninguna parte’’, insistió Zougam. “Cuando uno es detenido y expuesto en los medios informativos, si la gente te ve (en la televisión), te reconoce’’.

Zougam negó además tener relación alguna con el Grupo Combatiente Islámico de Marruecos, e insistió que “ese nombre es nuevo para mí’’.

Otro de los acusados, Youssef Belhadj expresó que dos de sus familiares, que también están siendo enjuiciados por cargos más leves, lo han acusado de ser miembro de al-Qaida en Europa por temor, después que la policía detuvo a toda la familia para interrogarla.

“Hay muchas causas, él y su hermano, su padre, su madre fueron todos detenidos, toda la familia trasladada a la comisaría, cuatro días sin dormir, les han pegado, insultado, amenazándoles que le van a llevar a Marruecos, así yo creo que si estuviera en su lugar, a mi edad con 30 años, yo también diría cosas así o más’’, manifestó Belhadj al ser interrogado por su abogado defensor en el segundo día del juicio.

Belhadj fue el segundo presunto cabecilla de los ataques que declaró en el caso, y el segundo en negarse a responder las preguntas de los fiscales.

Bajo las leyes españolas, un sospechoso puede ser interrogado por su abogado defensor aún si no acepta las preguntas de los fiscales.

Los fiscales afirman que Belhadj, de 30 años, es el hombre encapuchado que aparece en un vídeo encontrado cerca de una mezquita de Madrid dos días después de los atentados en trenes que dejaron 191 muertos y al menos 1.800 heridos.

El hombre en el vídeo dice que los ataques fueron lanzados en venganza por la presencia de los soldados españoles en Irak y Afganistán.

A pesar del vídeo, los fiscales sostienen que una investigación de dos años no reveló evidencias de un lazo entre los atacantes del 11 de marzo del 2004 y la red al-Qaida de Osama bin Laden. Agregaron que los procesados, en su mayoría marroquíes, se inspiraron en el llamamiento a una yihad global _una guerra santa_ de bin Laden, pero que ni el líder terrorista ni si círculo más intimo conocían los planes por anticipado ni suministraron apoyo logístico o financiero al grupo de Madrid.

El juicio comenzó el jueves con el testimonio del sospechoso egipcio Rabei Osman, alias “El egipcio’’, también acusado de haber organizado los ataques. Osman negó su participación en los atentados y condenó la violencia.

Los atentados de Madrid fueron los más letales de Europa relacionados con milicianos islámicos.

Decenas de sobrevivientes y familiares de las víctimas asistieron al juicio, y un equipo de psicólogos y médicos estaba en las inmediaciones para ayudarles a soportar el trauma.

Vestido con pantalones vaqueros y una chaqueta negra, Belhadj ignoró a la fiscal estatal Olga Sánchez quien le preguntó si viajó a Madrid en febrero del 2004 para dar a los atacantes las últimas instrucciones de los atentados como aseguran los investigadores españoles.

La fiscal le preguntó si él había elegido la fecha del ataque, si ha participado en la yihad, y si había ido alguna vez a campamentos de entrenamiento en Afganistán o recibido entrenamiento para detonar explosivos por control remoto.

No respondió ninguna de esas preguntas, pero posteriormente le dijo a su abogado defensor que era inocente y condenaba los ataques de Madrid y toda la violencia.

“Yo condeno estos atentados y todos lo atentados que ha habido en el mundo … estoy en contra de cualquier violencia’’, expresó.

Los fiscales piden 38.656 años de prisión para Belhadj, aunque según la ley española no puede pasar más de 40 años en la cárcel.

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