Niegan pagar protestas

Niegan pagar protestas

POR ODALIS MEJIA
Comerciantes de la calle Correa y Cidrón frente a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) negaron ayer que patrocinen las protestas estudiantiles contra la clausura de dos de las puertas de acceso al recinto académico como afirmó el rector de esa institución, Roberto Reyna.

En tanto, estudiantes estimaron como arbitrario el cierre de algunas entradas, ya que les crea dificultades para el desplazamiento porque tienen que perder más tiempo en entrar y salir del recinto.

Osvaldo Rodríguez, propietario de Econocopia, sostuvo que  no es cierto que auspicien las protestas porque les ha afectado la medida adoptada por las autoridades, tras admitir que las ventas en su negocio han disminuido en un 50%.

Mientras que Francisco Rosado, vendedor de comida,  también rechazó el argumento de las autoridades de que las puertas fueron clausuradas para evitar la ola de asaltos que se registraban en la zona, ya que aún cerradas están ocurriendo robos dentro del propio recinto universitario.

Señaló, además, que el pretexto del rector de evitar el bullicio cerca del hospital oncológico, se cae porque ahora los estudiantes cruzan por el patio del centro médico.

Consideró que el rector debió aumentar la seguridad en vez de clausurar las puertas, porque pese a esto algunas personas vuelan la cerca para penetrar a la UASD. Reporteros de Hoy pudieron constatar esto último cuando dos jóvenes salían del recinto, subiéndose por la verja de unos doce blocks de altura sin que fueran llamados a la atención por ningún miembro de la seguridad.

Mientras que Pascual Peña, propietario de la papelería Zona I,  también rechazó la acusación del rector, al entender que no haría nada que atente contra la tranquilidad universitaria.

Denunció, además, que el cuerpo de seguridad de la UASD está integrado por un personal no calificado.  “Ellos andan en un carro dando paseos y enamorándose por aquí”, añadió.

Apuntó que el rector debió instaurar una mejor seguridad con policías entrenados y debió diligenciar la iluminación de la zona que se encuentra totalmente a oscuras, lo que facilita las acciones delictivas. Destacó que ahora los estudiantes tienen que caminar más por esas zonas sin iluminación, poniendo en mayor riesgo la vida y estima que en un 60% han bajado las ventas de su negocio.

En tanto que la estudiante Nurys Matos consideró que hay que reabrir las puertas clausuradas, por los trastornos que significa para los estudiantes la gran distancia que tienen que recorrer a pie.

Ronald Martínez también dijo que aunque la medida busque preservar la seguridad en la institución, ha traído otras consecuencias como es el traslado de muchos buhoneros en la rotonda de la calle Alma Mater. Katherine de Jesús se siente muy afectada también, ya que normalmente en la UASD hay que caminar mucho para tomar las clases, porque las secciones están ubicadas en diferentes edificios y sumado al hecho de que la entrada y la salida tengan que caminar más, afirma,  provoca una fatiga a muchos estudiantes y pérdida de tiempo. De su lado, Nicolás Gelabert sostuvo que mejor debió incrementarse la seguridad en las zonas de mayor peligro para los estudiantes y no adoptar este tipo de soluciones que ha provocado taponamientos constantes de  vehículos y tumultos de personas.

Rosi América Carvajal e Isabel Sosa calificaron de ilógico el cierre de dos puertas por el gran flujo de estudiantes  que por allí accesaban al recinto.  Ambas toman docencia en la Facultad de Humanidades, la de mayor concentración de estudiantes.

 “Ahora tenemos que dar una vuelta grandísima para poder llegar allá y perdemos mucho tiempo en eso. Tienen que dejar esas puertas abiertas”, dijo Carvajal.

La Federación Dominicana de Estudiantes (FED) advirtió que en caso que las autoridades mantengan clausuradas las dos puertas de acceso a la UASD, las derribarían.

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