Niegan TLC sea crucial

Niegan TLC sea crucial

POR ODALIS MEJIA
El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos con Centroamérica y la República Dominicana (CAFTA-RD) no puede considerarse como un asunto de vida a muerte para la economía dominicana, puesto que sólo se trata de un proyecto de imposición de un modelo económico que plantea la reducción de los sectores productivos nacionales.

Así lo consideraron el economista y ex rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Porfirio García, el empresario Antonio Espin y los dirigentes políticos Fernando Peña, Rafael Flores Estrella y José González.

«No creo que el país pueda fracasar ante la firma o no del TLC. No se puede vender el TLC como la solución de nuestros problemas, es una utopía que no se puede vender en esa dimensión», apuntó García, tras explicar que ese acuerdo implica un gran reto y desafío, porque hay que hacer profundas reformas económicas que los Estados Unidos no las van a realizar.

García afirmó que este acuerdo tiene sus ventajas, aunque enfatizó en las desventajas que representa para los productores locales, sobre todo los agropecuarios, por que no podrán competir con el productor norteamericano que cuenta con tasas de intereses muy bajas, un mercado asegurado y subsidios gubernamentales.

«El costo de producción de un quintal de arroz nuestro es tres veces mayor que un norteamericano, cuando se aplique en esas condiciones ese TLC, cuando el ama de casa adquiera ese arroz va a beneficiar al productor norteamericano», apuntó.

Propuso que deben crearse las condiciones a los sectores más débiles del país, para amortiguar un poco el efecto que va a surtir sobre todos los productores agropecuarios, ya que habrá desempleo por el cierre de empresas, » y el que no diga esto está mintiendo al país, un tratado de esa naturaleza va a ocasionar que productores agropecuarios se inclinen hacia otras actividades».

Vaticinó que con el cierre de empresas habrá olas de desempleados que se convertirán en consumidores sin capacidad de compra y criticó las condiciones en que se suscribió ese acuerdo, porque debió cambiarse el modelo económico de sustentación.

Dijo que aunque el sector exportador se puede beneficiar, sin embargo, habrá importaciones masivas que pueden trastornar la estabilidad cambiaria, en virtud de que los consumidores podrán tener acceso a los productos como se venden en los EEUU, por lo que hay proteger la industria nacional ante este proceso irreversible.

De su lado, el empresario Espín vaticinó el fracaso de este acuerdo comercial que consideró será podo duradero y al final fracasará, por entender que los gobiernos no pueden permitir que sus sectores productivos colapsen.

«Los líderes políticos, cuando vean que la situación es irremediable, empezarán a tomar medidas proteccionistas como lo están haciendo los europeos y los norteamericanos a favor de sus productores, no importa lo que diga la Organización Mundial del Comercio», sostuvo.

Espin apuntó que para mitigar los efectos negativos de ese acuerdo para el país, debe iniciarse una campaña de inversiones para que el país sea la plataforma de otras naciones que inviertan aquí, a fin de acceder a los mercados que entrarán en competencia en el CAFTA.

Criticó que este sea un acuerdo entre desiguales, por lo que no puede asegurar beneficios comunes.

«En este acuerdo no somos globalizados entre iguales, sino entre el poderoso y el chiquito, ya que esto de libre mercado es un eufemismo del capitalismo, que va a hacer que en muchas economías de la región se vayan trasladando la producción», dijo.

Sostuvo que en la República Dominicana ningún gobierno ha transformado el aparato productivo, ni tributario, ni ha buscado la mejoría del problema eléctrico que es un caso grave para la producción, en pro de poner al país en la modernidad y en mayores condiciones de competitividad.

«En el CAFTA vamos en una posición de desventaja, por lo que los gobiernos tienen que transformar y hacer viable el aparato productivo nacional, con miras a ser más importantes para las inversiones», indicó.

En tanto, el dirigente de izquierda Peña afirmó que el CAFTA no es un tratado libre ni de comercio, sino un instrumento del proyecto de recolonización de los Estados Unidos para la región de Las Américas.

«No es un tratado porque no es el producto de la discusión entre dos partes, es una determinación política del poder imperial de los Estados Unidos en el proceso de la globalización neoliberal que se ha impuesto en el mundo», sostuvo.

Descartó que su no firma ponga en juego la gobernabilidad en el país, ya que la misma se encuentra inestable por la política gubernamental que no invierte en la producción nacional y que cuando se suscriba el TLC se incrementaría.

En tanto, Flores Estrella dijo que el TLC es parte de la hegemonía política norteamericana, ya que los gobiernos dominicanos no elaboran políticas, sino que las asimilan de los centros de poder.

«Este tratado responde a esas políticas que nos vienen desde fuera y que no toman en consideración el interés nacional, las necesidades nacionales, la indiosincracia de los pueblos», apuntó.

Flores Estrella resaltó que con el TLC se plantea un desmonte de los aranceles, lo que presenta para el país entre RD$26,000 y RD$28,000 millones menos al año, una baja en los ingresos fiscales que pagará el pueblo dominicano sobre todo, las clases pobre y media.

Finalmente, González, a su vez, basó su crítica en el proceso de negociación que realizaron las autoridades dominicanas para acceder al TLC, ya que, a su juicio, no primó el sector productivo nacional que se verá afectado por importaciones masivas.

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