El historiador Roberto Cassá y la directora del Museo de la Resistencia, Luisa de Peña, calificaron ayer como una falsificación tosca y una provocación que hay que derrotar con la verdad, las declaraciones que sobre las supuestas bondades del régimen de Rafael Leónidas Trujillo hizo su nieto Ramfis Domínguez Trujillo.
Al ofrecer declaraciones por separado, ambos coincidieron en que es responsabilidad de las autoridades judiciales perseguir y sancionar esas apologías bochornosas que están prohibidas por ley.
Hay que desmitificar. Para Roberto Cassá la afirmación de Domínguez Trujillo de que en los años de democracia que tiene el país ha habido más muertes que durante la dictadura de su abuelo, es una falsificación tosca de lo que sucedió en el régimen trujillista, que hay que desmontar con la verdad histórica.
Es verdad que tenemos un problema muy grave en materia de seguridad ciudadana, pero eso no justifica una mitificación de un supuesto Estado de paz y de bienestar de la población porque es una mentira flagrante, dijo.
Recordó que durante el régimen de Trujillo no solamente se mató mucha gente por razones políticas, sino que miles padecieron torturas, e indicó que solamente en junio de 1959 llegaron al país más de 200 expedicionarios que fueron salvajemente ultimados, no sin antes gran parte de ellos ser mutilados de una manera espantosa.
Pruebas irrefutables. De todo eso hay fotos, incluso una prueba documental, irrefutable, de la tortura en la silla eléctrica, dijo Cassá, al tiempo de reiterar la necesidad de que el Archivo General de la Nación, el Museo de la Resistencia y la Academia de la Historia hagan una lista de las víctimas de la tiranía, afirmando que el Trujillismo es un co-relato dominicano de la democracia que hay que asumir formalmente.
Indignación. De su lado, Luisa De Peña dijo sentirse molesta e indignada por la indiferencia de las autoridades frente a la desfachatez de la familia Trujillo. Rechazó las declaraciones de Ramfis e instó a todo el que quiera saber la verdad sobre Trujillo y su estela de muerte y terror a que visite el Museo, donde dijo hay pruebas evidentes de sus atrocidades. Aseguró que las víctimas de Trujillo sobrepasan las 50,000 personas, incluidas las asesinadas, secuestradas, torturadas y los presos ilegales.
El Museo y la Federación de Fundaciones Patrióticas exigen a las autoridades hacer cumplir la ley que prohíbe ese tipo de cosas; que los privilegios se terminen; que está bueno ya de impunidad en el país, dijo.