Nimiedades. Sin la necesidad de ir al “mataburros”, ni al tío Google. Insignificancia, cosas menudas, algo sin importancia. Pero en una comunidad, muchas pequeñeces se convierten en una problemática.
José Laluz hace un llamado al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales sobre la venta de cotorras en Burende, entre La Vega y Santiago.
Ricardo Nieves pone el “grito al cielo” por el abandono en que se encuentra el hotel Montaña, en Jarabacoa. Agrega que haitianos y dominicanos se apoderan de solares en sus entornos y levantan feas casuchas. Nadie hace nada.
Se denuncia que en sectores de Manoguayabo residentes en la ribera del río Haina colocan tuberías y arrojan desperdicios sanitarios a esa fuente acuífera, y hacen lo propio en arroyos de ese municipio. Se permitió que construyeran viviendas encima de la tubería de Jigüey-Aguacate, lo que representa un gran peligro, ya que, Dios libre, esa tubería podría estallar y destruir viviendas, ocasionando una gran desgracia. Son nimiedades, juntas, “un gran problema”.
Lea a continuación: Obras Públicas y la CAASD deberían…
Por: Juan Terrero
Si no existe, el Ministerio de Obras Públicas y la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) deberían firmar un convenio que establezca la obligatoriedad de la CAASD en reparar cada vez que rompe el pavimento para trabajar en las tuberías de ese organismo.
El tema viene a cuento, ya que hace unas cuantas semanas la CAASD dañó una parte buena de las que tiene la vía principal de Manoguayabo, dejando “tremendos hoyos” en la intersección de la avenida Los Beisbolistas y la calle Esperanza Guerra, justamente frente a la iglesia Nuestra Señora del Rosario.
Todo el mundo sabe lo caótico del transito vehicular en esa avenida, y ahora viene la CAASD a empeorar la cosa.
El Ministerio de Obras Públicas debe exigir a la CAASD,que vaya al frente de la iglesia católica de Manoguayabo a corregir el desastre que ocasionó al dejar abiertas varias zanjas en ese lugar.