Nina Cisneros: «Soy un trabajador de sueños»

Nina Cisneros: «Soy un trabajador de sueños»

POR FÁTIMA ÁLVAREZ
La obra de Nina Cisneros es una que impacta. Aunque no se comulgue con su estilo, su trabajo realizado en grandes formatos, cual murales espaciales que ocupan las mentes, revela fuerza y dominio conjugado con la armonía del ser.

Tomando como punto de partida sus vivencias oníricas, Nina Cisneros conquista su interior y revela la transmutación que sufre su espíritu a través de su obra.

Reconocido como un pintor surrealista, él se confiesa neosurrealista. «Empecé con un figurativismo y más que eso, con simbolismos, los que fueron entrelazándose con códigos estéticos basados en colores, que me permitieron definir una paleta personal que predomina en mi obra y la distingue. Evolucioné a un neosurrealismo, que no es un surrealismo tipo Dalí ni tipo Tovar, sino un espacio intermedio entre los dos».

Con muy pocos años a cuestas, pero con el bagaje de un trabajo consistente, Nina Cisneros realizó su primera individual –»Sueño e imagen de la naturaleza»-, cuando apenas era un incipiente estudiante de la Escuela de Bellas Artes, recibiendo muy buena crítica.

«Antes de terminar la Escuela de Bellas Artes era prácticamente un artista a carta cabal, ya que había tenido acceso a ciertos tecnicismos y al manejo de ciertos materiales que me permitieron un avance a destiempo».

Y centra las razones de su desarrollo en la seriedad con que se asume. «El oficio de artista no lo he tomado como un hobbie, sino como una carrera. Mi obra no es de difícil acceso, pero no la encuentras en cualquier lugar; eso hace que se valorice».

Su participación en varias colectivas le ganó excelentes críticas a su trabajo, lo que le motivó a presentar su segundo proyecto individual: «Terra Ventosa», en cuyas obras desbordó una fantasía evocadora tan intensa, que convirtieron la imaginería de Nina Cisneros en el punto focal de su obra.

«Como tuve la suerte de tener profesores que me impregnaron el sentido de la fuerza, tomé ese camino sin trasgredir a otra vertiente. El color, en tanto, me sirve como sello de distinción. En mi paleta tengo colores que me identifican como el azul y los tonos de rojos; en otros casos, algunos ambientes terrosos, ocres, pero tratados de forma distinta».

Para un artista que se reconozca como tal, resulta difícil separar las diferentes manifestaciones del mismo. Es por eso que en el taller de Nina Cisneros podemos encontrar de igual forma un elemento de artes plásticas, como un trozo de literatura.

Se precia de ser amigo de literatos de la talla de Diógenes Valdez y Cándido Gerón quien, impresionado por la calidad de su arte, colocó en la portada de la Enciclopedia de Artes Visuales, una obra de Nina Cisneros llamada «Levitación», que a simple vista transmite la fortaleza de lo espiritual, lo sublime.

«HABITANTES DEL SILENCIO»

«Este proyecto es un reto, pues después de ‘Terra Ventosa’ muchos preguntaban cómo iba a superarla, y yo decía: simplemente trabajo, las herramientas están ahí, el conocimiento está ahí, sólo hay que poner trabajo».

Según destaca el artista, existe la posibilidad de que «Habitantes del silencio» sea un proyecto itinerante que se presente en otros países, como Puerto Rico y Estados Unidos.

La individual se realizará a beneficio del Club Rotario, entidad sin fines de lucro que celebra un nuevo aniversario, y que está inmersa en una serie de programas a beneficio de las comunidades.

«Son 52 piezas de variados formatos. Es un trabajo arduo en el que estamos tratando de sacar lo mejor».

Nina Cisneros reconoce el papel que juegan en sus trabajos sus maestros. «Alguien de gran influencia en mí es Rosa Tavárez, desde el punto de la fuerza y el impacto con el que trabaja. El impacto visual que su obra produce en mí me permite trabajar un material de forma desbordante, de gran fuerza imaginativa, que no sólo queda en la parte de la imaginación, sino que llega a otro lugar y permite que la obra tenga su toque especial».

Los elementos que conforman las obras de Nina Cisneros pueden tener personalidad propia, como si existieran independientemente del artista, aunque destaca que en su interior, él es su regente de las emociones que plasma en su obra y su obra es él mismo.

«Llega un momento en que los códigos estéticos que asumes tienen una evolución a tu interior que permiten que vayan dictando la evolución de un personaje u elemento dentro de la obra, llegando incluso éstos a parir otros».

La rigurosidad del trabajo y la variedad de los elementos con los que Nina Cisneros interactúa son los que permiten la creación de una obra ubicada en un tiempo y con un sentido de movimiento. Los que dictan la diferencia, más que los personajes, es la imaginación. (Tomado de la obra Vía del Silencio)

PERFIL

Manuel Nina Cisneros ha participado en varias colectivas en diferentes países y ciudades, como Puerto Rico, Guadalupe, Miami, México, entre otras.

Nacido en San Cristóbal, Nina Cisneros es un pintor surrealista de gran proyección y cuyos trabajos han sido reconocidos por artistas de la talla de Ramón Oviedo.

Su nueva individual –Habitantes del silencio-, es una proyección del silencio que se produce en su interior; una reserva de energías que trasvasa al lienzo en donde lo onírico y el mutismo interno que produce son la base de su pensamiento. Su silencio, en el que habita, es la fuerza y profundidad transformadas en arte.

«Tampoco se trata –el silencio- de un vacío, de una ausencia, sino de una plenitud comparable a la que experimentan aquellos seres que viven algo tan profundo que no pueden expresarlo ni mediante gestos ni mediante palabras. El silencio es una cualidad de la vida interior».

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