POR ROSARIO TIFÁ
Los diseños infantiles tradicionales siempre perdurarán en el mercado, aunque muchas niñas prefieran vestir «como mamá», adecuando sus gustos a los tiempos modernos. Para las fiestas formales es normal vestir a las niñas con prendas holgadas, en telas apropiadas como la seda cruda, piqué, organdí y organza.

En esas ocasiones los vestidos que se llevan son de estilos sencillos pero elegantes, trabajados a mano y con otros detalles tradicionales como las mangas cortas o englobadas y las bandas.

Generalmente, los bordados se realizan por manos expertas en panales, alforzas, encajes y florecitas.

Los colores preferidos para esta clase de trabajo son los pasteles y los neutros como blanco, blanco hueso y crema, además de amarillo, verde y vino.

Los estampados florales, las listas y cuadros también se usan en los trajecitos informales que se pueden llevar para asistir a un cumpleaños y otro tipo de acontecimiento que no requiera formalidad.

En la categoría de ropas informales también se encuentran los conjuntos de pantalones, blusas, T-shirts, faldas y vestidos. Estos son elaborados en telas como piqué, algodón, denim y otros tejidos con texturas frescas que además sean manejables para el diseño.

Entre las colecciones introducidas al mercado por diferentes marcas especializadas se encuentran pantalones cortos, bermudas y capri o media pierna que se caracterizan por su comodidad.

Aunque en el país no hay estaciones marcadas, los colores que se están llevando actualmente son los primaverales como manzana, melón, limón, azul turquesa, amarillo encendido, fucsia, blanco y rosado. Los vestidos formales forman parte de la colección de la diseñadora Fior de Liz y los informales de la Tienda Cristinita.