Niñas embarazadas, cañadas e inseguridad siguen en Herrera

Niñas embarazadas, cañadas e inseguridad siguen en Herrera

El hacinamiento de miles de familias, niñas embarazadas, enfermedades producto de las aguas residuales que corren por cañadas y la delincuencia, son problemas permanentes en el barrio Enriquillo, de Herrera, en Santo Domingo Oeste.

Según el sacerdote Gregorio Bello Berroa, párroco de la iglesia San Pedro Nolasco, la falta de espacios para instalaciones deportivas, escuelas técnicas para que miles de jóvenes dejen el ocio y ocupen el tiempo en actividades productivas son caldo de cultivo para que prolifere la delincuencia y la violencia.

Al exponer sobre las mayores preocupaciones de la barriada citó el de la inseguridad ciudadana, con atracos, robos y asaltos a cualquier hora; la violencia en todos los sentidos, tanto familiar como social y el consumo y tráfico de drogas.

En este lugar las familias viven apiñadas, donde muchas de las viviendas no tienen espacios entre una y otras, mientras la gente camina entre callejones bordeados por la cañada Enriquillo, que expide hedores nauseabundos.

 

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