Efe. LONDRES. Grace Rwaramba, que trabajó 17 años para Michael Jackson y ejerció de niñera de sus tres hijos, reveló ayer en una entrevista la adicción del cantante a los fármacos y su contacto creciente con la secta islámica heterodoxa Nación del Islam.

En declaraciones recogidas por “The Sunday Times”, Rwaramba, de origen ruandés, explica que a menudo tuvo que “bombear” el estómago del artista después de haber consumido un cóctel de medicamentos.    “Tuve que bombear su estómago muchas veces. Siempre mezclaba tanto”, declaró Rwaramba.

«Hubo un periodo en que estaba tan mal que no dejé a los niños que lo vieran… Siempre comía poco y mezclaba demasiado», añade.

La asistente de 42 años regresó el sábado de Londres a Estados Unidos, donde espera reunirse con los tres hijos de Jackson y debe ser interrogada por las autoridades como testigo en relación con la muerte del “Rey del Pop” el pasado jueves en su mansión.

La niñera hace una triste descripción del cantante en sus últimos meses, en los que al parecer llevó una vida nómada, de hotel en hotel, sin ser consciente exactamente de su situación financiera e ingiriendo compuestos químicos.

 Pugna.  Además de su música, el cantante dejó una suculenta herencia plagada de deudas multimillonarias sobre la que se espera una dura batalla legal entre familiares y quienes avalaron el derroche del “Rey del Pop”. Se están vendiendo más sus discos.

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El dolor

Su compañero

Debido a los accidentes, las frecuentes cirugías plásticas y la intensidad demandante de sus bailes, el sufrimiento físico fue un problema inherente a la vida de Jackson.

Desde su muerte, fuentes cercanas a Jackson han revelado que estaban preocupadas por su dependencia a las drogas. El  guía espiritual Deepak Chopra manifestó su preocupación el sábado.