Las denuncias de desapariciones de niñas y adolescentes son frecuentes y tienen cierto impacto en comunidades y familias. Algunas han aparecido en lugares distantes de su hogar y revelan una movilización a través de contactos desde las redes sociales por personas desconocidas.
Las descripciones de la forma en que se capta a las niñas y adolescentes desde el cyberespacio son similares a las que se muestra en diferentes estudios sobre trata y explotación sexual a mujeres, niñas y adolescentes.
El funcionamiento de estas redes se invisibiliza con la confusa relación que se establece entre el supuesto “consentimiento” o “voluntariedad” de las niñas y adolescentes que oculta las estrategias de manipulación, chantaje y extorsión que se utilizan para persuadirlas y captarlas.
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En los últimos años las redes sociales presentan un papel predominante en la captación de niñez, adolescencia y personas adultas desde ofertas monetarias sostenidas en el engaño de supuesta participación en podcast, vídeos, sesiones de fotos e igualmente en actividades supuestamente “artísticas”.
El funcionamiento de redes de trata con fines de explotación sexual en el país ha sido analizado en diversos estudios (OBMICA 2012) Sorensen (2019) (Vargas/INM 2019) (Vargas y Maldonado 2019) que evidencian cómo la niñez y adolescencia está más expuesta a los riesgos de trata con fines de explotación sexual, pornografía infantil con casos de complicidad familiar.
En el estudio “Contra la marea” (Tejeda, Vargas y Martine 2022) se señala la relación entre mayor vulnerabilidad de la niñez y adolescencia a la explotación sexual con la presencia de actividad turística en determinados municipios como son: : Boca Chica, Higüey, Puerto Plata y Sosúa donde son captados por adultos de nacionalidad dominicana y extranjera.
La actividad turística en estos municipios invisibiliza las prácticas de hombres extranjeros que se movilizan con facilidad acompañados de adolescentes y niñas. Se tiende a culpabilizarlas o a sus familias por las prácticas de explotación sexual y pornografía infantil en que incurren los agresores e infractores negando así sus delitos. Estas personas cuentan además con relaciones de complicidad e impunidad con los organismos responsables de perseguir y actuar frente a estos{
Junto a ello está el desconocimiento de los derechos de la niñez y adolescencia que debilita la respuesta de protección y prevención que debe darse desde las familias, comunidades e instituciones.
Una de las principales acciones de prevención que debe desarrollarse es la educación y orientación sobre las vías de captación para la trata y explotación sexual y el funcionamiento de estas redes en sus nuevas modalidades desde el cyberespacio. La población infantil, adolescente y adulta de familias, comunidades e instituciones requieren de herramientas para ello.