Niñez, Semana Santa y alcohol

Niñez, Semana Santa y alcohol

Tahira Vargas García

Cada año se registra una proporción significativa de población infantil y adolescente que se intoxica por el consumo de alcohol en la Semana Santa, este año el COE reporta unos 30 casos y el anterior (2023) 27 casos.

El consumo de alcohol está legalmente prohibido para la población infantil y adolescente. Esta disposición no se cumple a cabalidad en muchas familias, comunidades y establecimientos.

Estudios cualitativos realizados con población infantil y adolescente en distintas comunidades muestran la permisividad existente en el consumo y venta de alcohol a niños, niñas y adolescentes, a pesar de sus consecuencias en perjuicio de su salud.

Padres, madres y personas adultas niegan que les ofrezcan alcohol a sus hijos e hijas, mientras sus hijos e hijas afirman lo contrario, los primeros “tragos” y bebidas fueron ofrecidos por sus padres-madres-familiares.

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“Fui a bailar al colmado de mi papá y duré como una hora bailando. Un día bebí romo, mucho romo y me dolía la barriga” (niño de 11 años)

”Yo he tomao “vipe” y ron con mi papá y un amigo”. (niña de 12 años)

“Mi hermana compra ron y yo bebo”. (niña de 11 años)

El alcohol para la población adolescente es parte de la diversión y no está sujeta a sanciones. Algunas de las causas de la presencia significativa del consumo de alcohol en población infantil y adolescente son:

Ausencia de restricciones del acceso a estas bebidas para niños, niñas y adolescentes.

Inducción al alcohol por personas adultas y familiares en una lógica de “probar” o de simplemente darle “un traguito”

Débil conciencia sobre los graves daños del alcohol las condiciones de salud física, mental, psicológica de niños, niñas y adolescentes

El consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes es percibido por padres y madres como efímero y superficial no reconocen en estos hábitos posibles adicciones a la sustancia ni riesgos para la integridad física de sus hijos e hijas.

Pauta cultural de vínculo estrecho entre consumo de alcohol y diversión.

No solo la familia tiene permisividad hacia el consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes; es toda la sociedad. La protección de la niñez y la adolescencia en el consumo de alcohol desde políticas públicas y campañas es débil.

Las adicciones únicamente se “problematizan” en nuestra sociedad desde las drogas ilícitas (marihuana, cocaína, crack, heroína). El consumo de drogas ilícitas en nuestro país se inicia con las “lícitas” como las bebidas alcohólicas. Las bebidas alcohólicas no solo inician, siguen formando parte de la diversidad de mezclas de sustancias adictivas (alcohol-marihuana-tabaco-crack) que generan graves daños a la salud y a la vida de nuestra niñez y adolescencia.