Ninguna autoridad del Gobierno se ha comunicado con familia del arquitecto

Ninguna autoridad del Gobierno se ha comunicado con familia del arquitecto

La Romana.-En lo que la justicia investiga la supuesta cadena de corrupción y mafias existentes en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), la familia del arquitecto David Rodríguez García, quien se suicidó en un baño de esa institución, sigue sumida en el dolor, las deudas, la pobreza y la incertidumbre porque su futuro es incierto.

A diez días de la tragedia ninguna autoridad gubernamental los ha llamado ni visitado, según la viuda Pilar Montilla, quien vive en una vivienda de bloques, techada de zinc, en una extensión de unos 40 metros cuadrados. Reside allí con sus tres hijos varones con edades de 19, 13 y 10 años.

El arquitecto Rodríguez García, graduado en la Universidad Central del Este (UCE), tenía 42 años de edad. Salió a la 1:00 de la tarde de su casa hacia la OISOE tras recibir una llamada. Se tuvo que ir pagando transporte público, porque no tenía combustible para echarle a la camioneta Mitsubishi L200 del año 2000, la cual compró en menos de RD$300 mil y que está hipotecada por cerca de RD$100 mil.

Su familia explica que fue lo único que adquirió el arquitecto porque donde construyó la escuela es un lugar inhóspito, peligroso y de difícil acceso.

Él había ganado en el 2013 un sorteo para la ejecución de los trabajos de ampliación y remodelación de la escuela básica Francisco del Rosario Sánchez, en Los Guineos, Peralvillo, Monte Plata, por un monto de RD$21 millones 444,781, según la OISOE.

El sueño de la familia del arquitecto se ve truncado. Pensaban que lo poco que le quedara de beneficio de esa obra sería utilizado para la compra de un terreno con fines de construir la casa que diseñaría a su gusto. Ahora su viuda y sus hijos solo abrigan las esperanzas de que las autoridades de la OISOE y del Ministerio de Educación le entreguen el dinero que, aseguran, el arquitecto se ganó trabajando.

Inteligente, honesto, íntegro. A cualquier corazón le llegan las palabras descriptivas de lo que fue la vida del arquitecto. Todos coinciden en que era un hombre noble, honesto, íntegro, inteligente, responsable, pasivo, no hablaba mentiras, de poco hablar, analítico, le gustaba investigar y estar informado de todo cuanto acontecía en el mundo. Cuando opinaba lo hacía para dar una salida a cualquier problema.

Solía visitar la casa de su hermana y cuñado para conectarse a la Internet, pues sus limitaciones económicas no le permitían contar con ese servicio.

Esnil David Rodríguez, hijo mayor del arquitecto, califica de excelente a su padre. Quiere estudiar arquitectura pero no cuenta con los recursos para ello.

No creen versión. Ninguno en la familia cree la versión de que el arquitecto se suicidó el pasado 25 de septiembre. Dicen que hay un velo de misterio y contradicciones en ese caso, del que exigen sea esclarecido y que se haga justicia.

La viuda Pilar Montilla dijo que hizo ayunos para que su esposo ganara la obra escolar en el sorteo y que ahora hará lo mismo pero para que salga a relucir la verdad del hecho trágico que dio al traste con la muerte de su compañero.
Montilla, su hijo mayor, su hermana, un tío y dos cuñados del arquitecto expresaron que su familiar nunca mostró indicios de depresión ni ninguna patología psíquica que lo llevaran a tomar la decisión de quitarse la vida.

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