Está en condición crítica y conectado a un ventilador el pequeño Paúl Gabriel Encarnación, de 2 años, quien recibió un disparo en la cabeza cuando estaba en los brazos de su padre, el raso Paúl Encarnación Mejía, muerto a tiros por dos hombres en la galería de su vivienda en el sector Ponce Adentro, en Los Guaricanos, Santo domingo Norte.
El pequeño sigue en la Unidad de Cuidados Intensivo del hospital Hugo Mendoza, el disparo le entró por la nuca y le salió por la frente, los médicos no lo han podido operar por el proceso de hemorragia que ha hecho. Su pronóstico es reservado.
Mientras, que Encarnación Mejía, de 24 años, murió cuando recibía atenciones médicas en el hospital Ney Arias Lora. Lo impactaron cuatro disparos en el cuello.
El raso era uno de los cinco agentes que en septiembre fueron reconocidos por el director policial, mayor general Ney Aldrin Bautista, y el director policial en SDN, general Máximo Báez Aybar, por no aceptar un soborno de traficantes de marihuana.
Móvil. Según los familiares, el raso habría sido mandado a asesinar por no recibir el soborno, ya que algunos de los narcotraficantes están presos.
“Yo estaba trabajando y a las 10:30 de la noche escuché por la radio que un militar mató a su esposa, y después dijeron que en Ponce de los Guaricanos mataron al raso Paúl Encarnación Mejía, y dije ay Dios mio mataron a mi hijo, y le entregué la flota a mi compañero y me fui”, expresó entre llantos Agustín Encarnación, padre del agente policial.
Narró que al llegar a la casa de su hijo encontró el charco de sangre en la entrada y los vecinos le contaron que el hecho ocurrió alrededor de las 8:00 de la noche, cuando Paúl regresaba de comprar un jugo y estaba sentado en la galería con el pequeño.
Lo ubicaban. Los vecinos le explicaron que dos hombres en una motocicleta tenían rato en el sector, que daban vueltas, al parecer para ubicarlo, y uno se desmontó e hizo creer que empujaba el motor y en ese momento le dispararon, y de inmediato huyeron, “no les importó que tenía el niño cargado”.
“Si se hubiera dejado sobornar por los delincuentes, tal vez no estuviera muerto, pero como no se dejó me lo mataron, el jefe de mi hijo cree que fue por eso”, sostuvo.
Manifestó que la esposa del agente y madre del pequeño estaba dentro de la casa, al escuchar los disparos salió y al ver a su esposo e hijo tirados llenos de sangre tiró un grito. Señaló que la familia de la mujer fue en su ayuda y llevaron a Paúl y al infante al hospital.
Habría disparado. Los vecinos le expresaron a Agustín que su hijo al parecer portaba el arma, que habría sacado y disparado a los delincuentes, pero no saben si alguno resultó herido.
“Yo lo que quiero es que la muerte de mi hijo no se quede en palabras y letras, que eso no se quede así. Yo fui un esclavo para levantar a mis siete hijos, yo le dije a mis hijos ustedes o son guachimanes, trabajan construcción o son policías y cuatro se metieron a la Policía, y ya me mataron a uno”, expresó indignado Agustín.
Dijo que su hijo con el “sueldito” que ganaba mantenía a su familia, “y mira cómo me lo mataron”.