Por CARMEN MATOS
LOS GUANANITOS, Villa Altagracia.- Martín todavía tiene pesadillas y revive diariamente los episodios de la tragedia que le arrebató a sus padres y cuatro hermanos en La Cueva del Duey, donde vivía.
Poco queda de aquel niño travieso y alegre que con sus chiquilladas hacía reir a todos y a sus 12 años de edad, se convirtió en un temeroso ser que en nadie confía.
Un equipo integrado por seis psicólogos acompaña al menor durante todo el día, en una secuencia de turnos que abarca la hora en que despierta, hasta la noche cuando duerme.
A todo esto, Martín se encuentra bajo el cuidado de su profesora Catalina Mejía, de 31 años de edad, quien de inmediato se convirtió en su único familiar.
Yo pensé que no iba a hablar, expresó Mejía, quien recibió con sorpresa el hecho de que el niño pidió por ella, resistiéndose de cualquier otra persona.
Dijo que en principio el niño exhibía un estado de normalidad, pero que con el pasar de los días comenzó a hacer crisis, desmayándose repentinamente y reviviendo en cualquier lugar los momentos en que se ahogaba.
El niño salvó la vida milagrosamente. Durante la madrugada del pasado lunes 29 cuando sus padres notaron la inminente entrada de las aguas, por lo que subieron a toda la familia en los caballetes de la casa.
Los hijos ayudaron al padre, que era no vidente, narró Mejía basándose en el testimonio del niño.
Mientras estaban en el techo, continuó, los fuertes peñascos que arrastró el río derribaron ante sus ojos las paredes de la vivienda, enfrentándoles al poderoso caudal.
Después de ese punto, cuando eran las dos de la madrugada, no volvió a ver más a su familia.
Contó que tuvo que guarecerse por un tiempo en una alcantarilla, pero que no pudo resistir y se agarró de una columna en que pasó la noche desnudo y con frío hasta ser rescatado a la mañana siguiente.
UNA nueva familia
Para la profesora Catalina Mejía, madre de tres hijos, la adopción de Martín significó un cambio radical en su vida privada y familiar.
Dijo que todo ha sido para bien y hasta una bendición, ya que los demás hijos le han asumido con cariño como a un hermano.
La mujer, que impartía docencia en el sexto curso de la Escuela Donasien De León, en La Cueva, representó junto a Martín a la comunidad durante el discurso en que el presidente Leonel Fernández anunció el Plan Recuperación Nacional.
En la alocución, el primer mandatario prometió que enviaría una pensión mensual a la familia Mejía, que todavía, enfatizó, no han recibido.
Un lado bueno a cada historia
La aparición de Miguel Suero en los medios de comunicación, luego de la reunión en el Palacio Nacional, dio paso a un encuentro en que el niño conoció a su familia extendida.
Los parientes, que viven en el sector Ozama, de Piedra Blanca, se han puesto en contacto con el niño en varias ocasiones.
Las clases
Luego de vivir esta situación, el niño ha hecho un esfuerzo por olvidar tantas cosas que ya ni recuerda la clase recibida, destacó la maestra.
Dijo que en un local que donó la institución cristiana Visión Mundial funcionan las tres escuelas de La Cueva del Duey, una de las cuales sucumbió ante las aguas.
La tragedia
La Cueva del Duey en Villa Altagracia fue la zona del país donde se registró la mayor cantidad de muertes sobrepasando los 38 confirmados.
El barrio, que componían decenas de casitas, fue completamente arrastrado por las aguas del río Duey.
Martín Suero no es el único niño que quedó en la orfandad. Hay otros dos casos.
En la zona de devastación continúan apareciendo cadáveres y restos humanos.