CHARLY PÉREZ
Un nuevo estudio del Centro Hispano Pew, una de las organizaciones hispanas más importantes de EE.UU., revela cifras dramáticas de una triste realidad de millones de niños que viven en ese país. Según un informe difundido por el Centro Hispano Pew, uno de cada seis inmigrantes indocumentados, es un niño, y por cada menor indocumentado existen aproximadamente dos niños nacidos en EEUU cuyos padres no tienen estatus legal migratorio. “El alto número de niños estadounidenses nacidos de padres sin estatus migratorio legal, subraya uno de los dilemas más espinosos para el desarrollo de políticas dirigidas a la población no autorizada”, afirmó el Director del Centro Hispano Pew, Roberto Suro.

En el informe titulado, “Estimados del Tamaño y Características de la Población Indocumentada”, se destaca que la mayor parte de la población sin documentos migratorios vive en familia y tiene alta proporción de niños, muchos de ellos indocumentados. “Hay más mujeres y niños entre la población indocumentada de lo que se pensaba, pero sobre todo, el número de niños ha aumentado”, consta en la investigación.

En el informe se remarca que, “en marzo del 2004, unos 13,9 millones de personas, entre ellas 4,7 millones de niños, vivían en familias en las que el jefe del hogar o su mujer eran inmigrantes indocumentados”. Sobre ese total, cerca de 3,3 millones son estadounidenses de nacimiento, pero viven en familias de estatus migratorio mixto, cuyos padres carecen de autorización legal para vivir en el país.

Hilda Marcarían, maestra de escuela primaria en California, expresó que la realidad de estas familias indocumentadas es muy triste, con factores de sufrimiento, tensión y nerviosismo que perjudican, en última instancia, a los niños. “Me entristece mucho ver la situación de la gente, porque en las familias uno vive estresado, ya que su futuro es incierto”.

Marcarían señaló que la situación se agrava cuando uno de los padres es deportado, y los niños deben convivir con esa circunstancia. “En los casos en que los padres son deportados, al no tener a sus padres cerca, la autoestima de los hijos es muy baja; al no tener el afecto de sus padres, no pueden desarrollarse bien en la vida”.

En el informe se hace referencia a los grandes números, sin embargo, son también dramáticas las situaciones que se derivan de la deportación de algunos de los padres de niños nacidos en Estados Unidos. La separación familiar es algo evidente en la realidad norteamericana pues el Gobierno no afronta el problema de las familias inmigrantes.

En el caso de los niños indocumentados, aparte del miedo a la deportación, o vivir en las sombras de la ilegalidad, estos niños no pueden acceder a determinados servicios públicos, ni a una digna educación conforme van creciendo. La maestra enfatiza la gravedad de este aspecto, porque los niños son marginados por ser indocumentados, no tienen la posibilidad de estudiar y recibir una educación digna.

El Centro Hispano Pew estima en 11 millones la cantidad de indocumentados en EEUU, aunque otras organizaciones la cifran en más de 12 millones. Aproximadamente el 57 por ciento de la población indocumentada es de origen mexicano. Otros latinoamericanos indocumentados alcanzan el 24 por ciento del total de foráneos en esta condición. Los asiáticos representan el 9 por ciento, europeos y canadienses el 6 por ciento, y africanos y otros el 4 por ciento.

Según el mismo informe, entre 1980 y 1984, el número de mexicanos que ingresó legalmente era de 180 mil cada año, mientras que el total de indocumentados era de 40 mil. No obstante, las cifras han registrado un dramático aumento, y desde el año 2000 al 2004, el número de mexicanos que ingresa legalmente cada año es de 90 mil, mientras que otros 485 mil mexicanos ingresan sin documentos migratorios. En consecuencia, más de la mitad de los inmigrantes mexicanos son indocumentados. La investigación del Centro Hispano Pew revela que desde mediados de los años 90, en total el número de inmigrantes indocumentados superó al de los legales.

Los datos reflejan claramente la problemática social y económica de los latinoamericanos que llegan a esta nación en busca de una vida mejor. Además, las cifras revelan la falta de soluciones por parte de Estados Unidos a la problemática de los millones de niños que viven indocumentados o tienen familias sin un estatus legal migratorio en el país.