Es común ver escenas de rabietas y gritos de niños en tiendas, cuando sus padres no acceden a comprarles algo que ellos piden.
Y es que muchos de esos niños han sido bombardeados por el consumismo que se vive por estos días y no entienden que no necesitan ciertas cosas o que no pueden ser compradas en el momento.
Lía Biaggi Sangiovanni, psicóloga clínica, entiende que muchas veces son los mismos padres los que alimentan este consumismo desmedido en los hijos.
“Entiendo que un niño no es hiperconsumista, ya que no tiene la capacidad económica de poder ‘comprar’ todo lo que quiere. Los padres a través de sus conductas son los que pudieran desencadenar niños con altas demanda”, afirma.
La psicóloga señala que lo que prima en los niños es el principio del placer, por lo que tienden a perseguir todo aquello que lo cause, sin ver más allá. Es por ello que son los padres los encargados de ir modelando la conducta del niño, poniendo límites claros y, sobre todo, de manera continua.
¿Cómo frenar este comportamiento? Biaggi Sangiovanni explica que los niños no poseen el control de sus emociones y sentimientos, y cuando van a un lugar donde hay cosas que les gusten y les llaman la atención, es normal que las quieran, “a nosotros los adultos nos pasa, y eso que ya en nosotros el autocontrol está desarrollado, y muchas veces no ponderamos si es necesario o no adquirirlo”.
Es por ello, que como a los infantes les cuesta el control de los impulsos, son los adultos los encargados con paciencia, dedicación y continuidad, irles enseñando a estos a desarrollar su autocontrol y la capacidad de tomar decisiones.
“Un ejemplo común pudiera ser cuando se va al supermercado con estos, se van a antojar de múltiples cosas, por lo que es el padre el encargado de anticipar conductas, (cuando se tiene la certeza de que una conducta va a pasar), se le explica al niño: vamos al súper, mamá tiene que comprar algo para la casa, hoy puedes antojarte solo de dos cosas”, indica.
Trabajar la capacidad de negociación, en el trayecto de la compra, que el niño ponga en el carrito cosas que quiera, siempre explicándole que al final, como se le había dicho, solo podrá llevarse dos; ser consistente, si usted le dijo que solo dos, cuando llegue la hora de pagar, por más que insista el niño o haga rabietas, ponga mala cara, solo déjelo llevar la cantidad que previamente habían quedado, sugiere.
Rol de los padres. La especialista en psicoterapia de niños y adolescentes especifica que la conducta de los padres de querer darles todo a los hijos muchas veces tiene su origen en una sobrecompensación, porque se sienten culpables de algo, por ejemplo si son padres que pasan poco tiempo con los niños a causa del trabajo, porque están separados u otros motivos, tratan de darles todo lo que quieren como una manera de “compensar” ese tiempo que no les dedican y de “llenar” una carencia afectiva con objetos materiales.
“Realmente el niño no se acuerda qué tantas cosas materiales tuvo en la infancia, sino de qué tanto me amaron, que tiempo de calidad me dedicaron papá y mamá sin importar que fuera con un juego viejo o todo lo más moderno”, expuso.
Cuando se les da a los niños todo lo que piden estamos creando chicos con carencias emocionales fuertes, que no aprenden que hay límites, que no valoran nada porque para conseguir algo solo lo tienen que pedir. “Cuántos padres llegan a la consulta diciendo que su niño tiene lo mejor de todos los juegos y no les pone caso… desde pequeños hay que enseñarles que todo se gana para que aprendan a valorar lo que tienen”, concluye.