POR CARMEN MATOS
HAINA, San Cristóbal.- En la Escuela Básica Monte Largo, del municipio de Haina, los estudiantes reciben docencia sentados o acostados en el piso debido a la falta de mobiliario escolar.

La carencia, que además de molestias implica la exposición del alumnado a contraer deformaciones corporales e infecciones de la piel, incluye el área administrativa, donde los documentos de archivo se guardan en fundas plásticas.

La directora del plantel, Victoria De León, afirmó que la situación ha provocado la deserción de más del 50 por ciento de la matrícula estudiantil, así como la inconstancia de la cifra restante, que dijo asiste mayormente de forma interdiaria, por los frecuentes dolores corporales.

En ese sentido, agregó que las quejas provocan que en cada tanda de clases (matutina y vespertina) se despache hasta una hora antes de lo debido.

“Estamos en el suelo”, aseveró la directora, no sólo refiriéndose a la posición que ocupan los maestros y estudiantes en horas de clase, sino también a la calidad de la educación en la escuela que consideró “ha descendido mucho”.

Aunque afirmó que el desayuno escolar llega a tiempo todos los días, De León expresó que la falta de libros y el mal olor que expide el sistema de desagüe son otros problemas que dificultan la entrega del “pan de la enseñanza”.

“A esto se agrega la falta de personal de servicio y de maestros, por lo que en las dos tandas de docencia se  mantienen aulas sobrepobladas con más de 70 estudiantes”.

La escuela básica Monte Largo está ubicada próximo al sector La Pared, de Haina. Su construcción se inició en 1996, luego de 20 años de diligencias por parte de líderes comunitarios.

Sin embargo, como explicó la presidenta de la Asociación de Padres y Amigos de la escuela, Rafaela Florentino, esos trabajos tuvieron que ser reiniciados porque, a pocos meses la edificación comenzó a desmoronarse sobre el estudiantado.

Fue en abril pasado, explicó Florentino, cuando se inauguró el plantel que tiene nueve aulas, incluyendo una para el nivel inicial, así como un área administrativa y dos baños.

LOS PRIVILEGIADOS

Al hacer un recorrido por la escuela Monte Largo, pareciera que existe un grupo de alumnos que son privilegiados entre los demás porque tienen la oportunidad de sentarse en sillas plásticas durante las horas de clase.

Sin embargo, esos niños recorren diariamente una distancia de hasta dos kilómetros hacia la escuela y de vuelta a sus hogares, cargando sus asientos.

Otros, no menos hábiles, se auxilian de alfombras y sábanas  que toman para sentarse e incluso acostarse en el suelo para recibir docencia.

UN RETO EDUCATIVO

Los ocho maestros, que cubren las dos tandas de clases que se imparten en el centro, calificaron como “todo un reto” controlar la disciplina dentro del  aula.

Esto, porque aseguran que los estudiantes se distraen más de lo común y que a menudo se arrastran  dentro del aula buscando mayor comodidad.

Así lo afirmó ayer la maestra de Ciencias Naturales, Andrea García, quien además reveló que como una forma de que los estudiantes ejerciten los músculos de las piernas y mitiguen el cansancio, se diseñó un nuevo sistema de distribución por aulas.

Dijo que la idea consiste en que en vez de separar a los estudiantes por nivel, a cada curso se le  asigna  una disciplina, de forma que sean los educandos quienes se desplazan constantemente durante el día.

García, que imparte docencia en una de las dos aulas de la escuela que tiene pizarra, se manifestó preocupada por el aprendizaje de  contenidos.

Sostuvo que es un obstáculo para la enseñanza el que, por su posición,  no puedan copiar, ni recibir dictados.

De su lado, la profesora de Matemáticas, Dominga Piñeiro, aseguró que a los niños “no se les puede exigir absolutamente nada durante la clase”, porque no pueden copiar contenidos, se distraen constantemente y se sienten incómodos. En ese orden, lamentó que debido a la carencia de butacas, en el año escolar no se hayan utilizado ni  reglas ni el compases.

Protestan

Un grupo de estudiantes  del centro elevó sus quejas al Presidente Leonel Fernández durante un recorrido proselitista que hizo el pasado sábado.