Niños desobedientes, consejos para corregirles

Niños desobedientes, consejos para corregirles

Los niños desobedientes desesperan a los padres y son fuente de disgusto familiar. Sin embargo, prevenir que un niño sea excesivamente desobediente o encauzar al niño que ya lo es no es una misión imposible; con paciencia, amor y tolerancia, los padres pueden hacer un cambio en sus hijos.

Según nos explica la máster en psicología clínica infanto-juvenil Arisleydi Sánchez Guzmán se debe explorar y cuestionar si el niño está presentando estas conductas inadaptadas como parte propia del crecimiento, o como una forma de responder al ambiente que lo trata y se encarga de él.

“No hace caso a nada y protesta por todo” o “es un desobediente” son algunas de las quejas que esgrimen los padres ante el comportamiento de sus hijos. Muchos desconocen que esa actitud puede ser producto de alguna situación provocada incluso por los adultos.

La especialista dice que para buscar la solución adecuada se debe empezar por identificar la base que causa la situación. No en todos los casos el problema lo tiene el niño. “Tampoco es lo mismo un infante que se comporte irrespetuosamente para llamar la atención, o porque los adultos a su cargo lo maltratan o no le tienen paciencia, o le permiten manejarse sin límites”, explica.

Identificar al niño desobediente. La desobediencia aparece a partir de los dos o tres años de edad. Identificar a un niño desobediente y además saber cuándo esta actitud puede suponer un problema a la larga es el primer paso para corregir a un pequeño que no obedece.

En ese sentido, la psicología advierte que todos los niños pudieran considerarse desobedientes en alguna etapa de su desarrollo. Hay edades cuando desafiar las reglas es parte del crecimiento, y esto se generalizará o se extinguirá dependiendo de la respuesta de los adultos cercanos al niño.

“Ahora, sí existen niños, que tienen un temperamento más difícil que otros, ya sea por factores personales, por historia de vida, por el ambiente o la familia. Pero también en ocasiones se subestima lo que le corresponde a un niño y esto tiende a hacer que se le exija más de lo que puede dar para su edad”, dice Arisleydi Sánchez Guzmán.

¿Cuándo debemos buscar ayuda? La especialista explica que se debe hacer cuando el pequeño no respeta ninguna figura de autoridad, cuando la conducta de irrespeto se da en todos los ambientes donde se desenvuelve (casa, escuela, familia, clases vespertinas, etc.), cuando ha llegado a utilizar la violencia física constantemente como respuesta de solución, y por último, cuando estas conductas están afectando su desenvolvimiento familiar, social y académico.

¿Cómo pueden los padres evitar perder la paciencia? Existe un error muy común dentro de la crianza, y es el repetirle muchas veces los mandatos a los pequeños. Esto lleva a la desesperación de los padres y madres, al ver que el niño hace caso omiso a las verbalizaciones, termina de enojar al adulto y acciona en base a esta respuesta emocional. “En este caso no es el niño que no obedece, es el adulto que acostumbra al infante a que para realizar la orden debe hablar varias veces. Para evitar esto, es esencial que nuestras conversaciones vayan de la mano de la ejecución de lo que decimos. Es un error esperar que los niños ejecuten por sí solos, esto sólo se da cuando a medida que pasa el tiempo, el infante asocia que cada vez que su padre/madre habla, se hace lo que verbalmente le han dicho”, explica Sánchez Guzmán.

LAS CLAVES

1. Las rutinas ayudan…

Mantener un horario y un ritmo de vida estable es esencial para corregir a un niño desobediente. Si el niño se acuesta tarde y come a cualquier hora, en definitiva, lleva una vida caótica y será incapaz de guiarse por normas o límites cuando existan.

2. Poner normas y límites

Las normas y los límites son fundamentales para establecer las barreras entre lo que se debe y no se debe hacer.

3. Premiar los buenos comportamientos

El refuerzo positivo es fundamental para que el pequeño repita las actitudes deseables. Esto no significa que haya que regalarle algo cada vez que se porte bien.

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