Niños desobedientes, padres desesperados

Niños desobedientes, padres desesperados

Lograr que los niños obedezcan y respeten a sus padres pudiera ser, esencialmente, cuestión de normas y mandatos que se dan a entender con pocas palabras o quizás con un simple gesto corporal con autoridad. Pero es algo que puede conllevar mucho esfuerzo de parte de los padres, especialmente si desobedecer es lo mejor que sus hijos saben hacer, y a menudo.

Portarse mal y hacer rabietas es algo normal en los niños.

Tan normal que si no existiera, debería llamar a preocupación. Las quejas, los enfados y protestas son también parte del desarrollo de su personalidad.

Es muy posible que cuando esté enfadado y se le pide algo, un niño responda con frases como las siguientes:  “Ya voy, espérate”, “¿Y por qué a mí, y mi hermano?”, “A mi amiguito no le mandan a hacer eso”, “Pero mi abuela me deja”… Todas estas son expresiones que demuestran  enojo, una emoción que todos hemos sentido pero que debemos aprender a controlar para evitar la ira.

Y es aquí donde entra la parte de los padres que con normas sabias y justas aplican una válvula que modera los impulsos descontrolados del pequeño, dándole la oportunidad de aprender el respeto y medir el efecto que causan sus acciones para  evitar que de adulto sea una persona agresiva e irreverente.

No se trata de resolver todo con un “porque yo dije”, sino también de evaluar cada situación, demostrarle al niño que sabe lo que está sintiendo e incluso proveerle alternativas para no sentirse así.

Este es en parte el objetivo de “Niños desobedientes, padres desesperados”, una interesante y práctica obra de la autora Rocío Ramos-Paul, y el coautor Luis Torres, que ofrece un método “para que tu hijo te haga caso a la primera”.

Los escritores, psicólogos especialistas en niños y jóvenes, tienen dentro de sus recomendaciones el evitar las largas explicaciones para hacerle entender al niño que ha hecho algo mal. Y fieles a esta recomendación, brindan consejos sabios para situaciones concretas que se presentan en el día a día  de los padres.

Consejos realistas.  En 168 páginas, los especialistas develan el comportamiento del niño, prediciendo, incluso, la respuesta que darán a sus padres en determinadas ocasiones.

Pero también descubren a los mismos padres, quienes muchas veces se escudan ante acusaciones contra los hijos cuando no han logrado que sus tácticas sean efectivas.

Un tema muy edificante es el que responde la pregunta “¿Mi hijo entiende lo que le digo?”, donde los especialistas explican a través de tablas bien detalladas todo lo que el niño puede entender y expresar desde el primero hasta los siete años.

Ocho capítulos. “Niños desobedientes, padres desesperados”, se desarrolla en ocho capítulos en los que los padres aprenderán cosas como por qué no obedecen los niños, cómo ejercer una autoridad “positiva”, cómo no hacer del niño un adulto agresivo/ansioso, el balance entre premios y castigos y los casos más extremos de niños que saltan todas las reglas.

Control de impulsos

“Todos los niños son reacios a hacer lo que no les gusta, porque se sienten exactamente igual  que nosotros cuando el lunes suena el despertador y hay que ir a trabajar. La diferencia entre una situación y otra está en el control que sobre nuestros impulsos hemos adquirido. Si no fuera así, apagaríamos el despertador y seguiríamos durmiendo. De ese control tratamos en este libro, de la necesidad de aprender a tener en cuenta las consecuencias en el entorno y en los demás cuando lo hago. Eso que a nosotros nos parece que viene de serie, sin embargo nos lo enseñaron nuestros padres… Intentar que un niño haga caso es lo mismo que preguntar cómo conseguir que reconozca como figura de autoridad a sus padres…”, aseguran los autores en su introducción.

“Niños desobedientes, Padres desesperados”, es una publicación de Prisa Ediciones de Santillana.

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