Millares de niños y niñas tuvieron la oportunidad de disfrutar de una gran variedad de actividades en la XIV Feria Internacional del Libro que este año tuvo una dedicatoria especial a la Santa Sede y se le rindió homenaje al obispo auxiliar José Francisco Arnaiz y al padre José Luis Sáez, tanto por su vasto trabajo pastoral como intelectual.
Hubo pabellones especialmente preparados para la gente menuda, como el infantil del Ministerio de Educación; el del Ministerio de Cultura, sí como los de algunas librerías e instituciones.
Escritores de literatura para niños y adultos fueron objeto de reconocimiento con el nombramiento de calles en su honor; se pusieron en circulación libros infantiles entre ellos los de la colección Dienteleche, con obras infantiles de autores cubanos, puertorriqueños y cubanos, y los ganadores del Premio Barco de Vapor, concurso que auspicia la editora SM.
Los niños tuvieron pintacaritas, pudieron ver los avances tecnológicos, se divirtieron con el teatro de calle, observaron las artesanías, oyeron cuentos, y fueron al pabellón de Autores Dominicanos a participar en tertulias.
Muchos tuvieron la oportunidad de ir al pabellón Libro Cocina, donde degustaron ricos platos de la cocina criolla e internacional e intercambiaron impresiones con los invitados.
Fue el lugar para el reencuentro, para ejercitarse caminando, para compartir con intelectuales y conocer la variedad de opciones que presentó esta gran fiesta cultural. Pero, sobre todo, fue la gran oportunidad de adquirir libros de cuentos, escolares, literarios y de otra índole.
También hubo música, bailes, juegos infantiles, promoción de valores como los presentados por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, La Galería de los Valores que fue una exposición de arte gráfico compuesta por imágenes y fotografías cuyos temas se basan en valores morales y principios correctos. También el Despacho de la Primera Dama hizo hincapié en los valores con el objetivo es promover patrones de conducta edificantes en niños, niñas y adolescentes.
Hubo una gama de actividades propias para la gente menuda.
Como es ya una tradición, una gran afluencia de niños procedentes de las escuelas y colegios tanto de Santo Domingo, como de todo el país participó de esta feria, que es organizada por el ministerio de Cultura a través de la Dirección General de la Feria del Libro que dirige el licenciado Alejandro Arvelo.