La antropóloga Tahira Vargas aseguró ayer que los padres y tutores emplean el castigo físico como medio de corrección porque, debido a un fenómeno cultural, las familias entienden que la relación de autoridad entre el adulto y el menor no se establece de otra forma que no sea la violencia.

Afirmó que estos casos se dan porque el país no cuenta con un sistema de protección de la niñez, que funcione para sancionar a quienes agreden a sus hijos o al que los menores puedan denunciar los casos de abuso físico de los que son víctimas.

Precisó que actualmente se observa un fenómeno de adultos que dan golpizas a los niños, y prácticamente los dejan al borde la muerte. En ese sentido, consideró que la justicia ha sido débil al sancionar los maltratos y abusos, muchos de ellos registrados en vídeos.

Sostuvo que para algunos padres una “pela” no es maltrato físico grave, como lo sería una golpiza en la que al menor se le rompa un brazo, una pierna o le peligren algún órgano.

“Pero desde la famosa pela hasta quemarle las manos al niño porque tomó algo que no le pertenecía, es maltrato físico”, consideró la antropóloga.

Vargas entiende que el Ministerio Público (MP), a través de la ProcuraduríaEspecializada de Niños, Niñas y Adolescentes y el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia deben hacer que las redes de protección de los niños funcione en todas las provincias y los municipios.

“Los niños, niñas y adolescentes tienen que saber que cuentan con un sistema de protección donde pueden denunciar a sus padres, abuelos, tíos, primos o cualquier familiar adulto que abuse de ellos a través del maltrato físico”, dijo.
Observó que el MP debe trabajar la fiscalización del maltrato y establecer las sanciones de lugar para esos abusos de poder familiar.

Sujeto de derecho. Consideró que esa misma red de protección debe de encargarse de trabajar con las familias los derechos de la niñez, y mostrar otras formas de correctivos que no incluyan la pela.

Llamó a que promuevan campañas educativas para que las familias tomen conciencia de que los menores son sujetos de derecho, y que como tal tienen derecho a no ser maltratados, a la libre expresión dentro de la familia y a ser protegido por sus mayores.

Indicó que son muy pocos los adultos que reconocen esos derechos, porque sienten que sus hijos son de su propiedad.

Abuso en la escuela. Dijo que también en los centros educativos algunos maestros recurren al maltrato físico, para obtener “disciplina” en los estudiantes.
Señaló que un niño víctima de violencia podría ser violento o convertirse en una víctima y aislarse de su entorno por completo. Algunos pierden la comunicación intrafamiliar o abusan de las drogas, para “escapar” de esa situación.