San José. EFE.- El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, asumió hoy el poder bajo un ambiente festivo con música popular y cientos de niños vestidos de blanco, azul y rojo, que coreaban su nombre bajo un resplandeciente sol.
Las altas temperaturas se encargaron así de darle la bienvenida a los presidentes, delegaciones internacionales y público que asistió al Estadio Nacional para disfrutar de una ceremonia histórica.
La banda Municipal de San José le puso ritmo a una mañana calmada que se mantuvo muy silenciosa esperando el ingreso de Solís al estadio.
Los invitados especiales y miembros del nuevo gabinete fueron quienes más sufrieron bajo el sol, al tener que esperar para ser ubicados en sus respectivos asientos en la tarima principal, aunque a pesar del calor nunca perdieron el ánimo ni abandonaron su sonrisa.
Los medios de prensa también tuvieron que ingeniar de qué manera taparse de los rayos del sol y, en ese caso, las sombrillas y protectores solares fueron los grandes aliados.
Los minutos pasaban lentamente hasta que el ingreso de los 57 diputados entrantes arrancó los aplausos del público.
Los trajes claros resaltaron entre las mujeres, mientras que en los hombres, el sombrero del diputado y líder del Partido Acción Ciudadana, Ottón Solís, fue el que más sobresalió entre los presentes que caminaban en fila hasta llegar a la tarima principal.
Uno a uno fueron ingresando los presidentes, entre ellos, el de Ecuador, Rafael Correa; el de Bolivia, Evo Morales; el de Honduras, Juan Orlando Hernández; y el de Guatemala, Otto Pérez Molina.
Conforme se decía un nombre por megafonía más aplaudía el público y los niños que se encontraban ubicados en la gramilla movían las banderas blanco, azul y rojo con gran emoción.
Sin embargo, con más ahínco fue recibido el Príncipe de Asturias Felipe de Borbón, cuando los gritos y aplausos formaron un eco en el Estadio Nacional. Pero para el momento más esperado de la mañana todavía faltaba un poco más, todos los ojos estaban puestos en observar el momento en el que Solís caminara por el espacio asignado.
Ese momento llegó cuando salió acompañado de su esposa, la española Mercedes Peñas, y sus seis hijos, Mónica, Cristina, Beatriz, Diego, Ignacio e Inés.
Levantando los brazos, Solís empezó a saludar al público que coreaba su nombre con alegría e ilusión y se puso de pie para recibir y aplaudir al que será el presidente de Costa Rica por el periodo 2014-2018.
En esta ocasión, no rompió el protocolo, por lo menos no durante su ingreso a la tarima principal, y no corrió durante su trayecto como lo hizo en campaña.
Solís se ha caracterizado por poner a correr a la prensa, antes de brindar un conferencia de prensa o al subir escaleras, cuando se le olvida que porta un traje entero y zapatos de vestir y se pone a correr.
«¡Sí se pudo!” empezó a corear el Estadio Nacional, una frase que repitió Solís durante toda su campaña política, en la que manifestó que sí puede haber un cambio en Costa Rica, al prometer que su mandato será transparente.
Antes de iniciar los actos protocolarios el coro de niños de poesía del Conservatorio Castella deleitó con las letras del poeta costarricense Jorge Debravo.
El Estadio Nacional, con capacidad para 35.000 personas, no estuvo lleno en su totalidad, aunque días antes las entradas que se asignaron estaban agotadas.
Los niños, la música y el sol fueron así los protagonistas “extra” de un acto en donde la estrella más esperada fue Luis Guillermo Solís, un académico que rompió con los pronósticos para alcanzar la Presidencia de Costa Rica.