Niños que lactan: más humanos, seguros, afectivos e inteligentes

<P>Niños que lactan: más humanos, seguros, afectivos e inteligentes</P>

Todos sabemos que la leche materna ofrece múltiples beneficios al niño: reducir las posibilidades de padecer ciertas enfermedades. Pero, sus bondades no sólo se limitan a la salud.

Los efectos de amamantar traspasan al ámbito afectivo. Pues la seguridad emocional que  brinda este acto hace que el apego (relación madre-hijo o hija) sea único.     

“Muchos estudios relacionaron la lactancia materna como un importante componente del vínculo madre-hijo, el contacto con la piel suave y caliente de la madre le dan tranquilidad y placer a ambos”, señala Clavel Sánchez,  coordinadora de la Comisión Nacional de Lactancia.

Sánchez explica que la oxitocina secretada durante la lactancia incrementa el vínculo, el apego y las conductas maternales; además de que produce la bajada de la leche, disminuye la pérdida de sangre postparto, coadyuva a una involución uterina más rápida, reduce la vulnerabilidad al estrés.

Ese vínculo que se crea se hace indestructible, dice, al mismo tiempo que  fortalece  su seguridad y autoestima,  y los hace discernir entre el bien y el mal, ya que en esta etapa es donde se forman los lazos socio afectivos.

“Los niños que toman leche materna tienen contacto con la madre a través del tacto y de la mirada. Ese simple hecho marca al niño por el resto de su vida adulta porque todos esos recuerdos quedan en el subconsciente”, apunta.

Adultos más humanizados.   La doctora dice que según un estudio realizado por los alumnos de la carrera de Psicología de la universidad de Oxford, arrojaron datos que nos permiten imaginar que hay una relación directa y real en que bebés que tomaban lactancia materna, son mucho menos propensos a cometer actos delictivos en el futuro.

Más inteligencia.  La lactancia materna se asocia significativamente a mayores puntuaciones para las capacidades cognitivas, calificaciones de docentes, pruebas estandarizadas de logro, y un mayor éxito en la educación secundaria.

“Los estudios también sugieren que la lactancia está asociada con un incremento consistente del coeficiente intelectual (IQ), así como mejor rendimiento escolar”, señala.

Sánchez dijo que esto puede deberse a los nutrientes específicos presentes únicamente en la  leche humana, de la proximidad protectora de la madre al niño, de la estimulación táctil que el contacto corporal y la atención de la madre le proporcionan al niño o niña en el proceso de amamantamiento.

Protege contra los problemas digestivos.  Otro beneficio muy importante en  cuanto a salud, de los que explica   la especialista es que la leche materna proporciona protección al tracto gastro intestinal, “hay  menos probabilidades de diarreas e incluso estudios dicen que bebés amamantados de forma óptima tienen menos riesgos de padecer cáncer gástrico, especialmente los del tercio superior y no diferenciados”.

Zoom

No se debe hacer

Con frecuencia se separa a los recién nacidos sanos de sus madres después del parto, y a veces no se les pone al pecho durante horas, o incluso días, esperando la bajada de la leche. “Esta práctica es potencialmente peligrosa, tanto para la lactancia como para el desarrollo del vínculo afectivo entre madre e hijo. El contacto precoz piel con piel como la oportunidad de mamar en la primera hora (más o menos) después del parto son importantes”, recomienda.   Las madres y sus hijos no se han de separar después del parto, salvo que exista un motivo médico inevitable. Lo mejor es que el recién nacido permanezca con su madre de forma continua desde el nacimiento.

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