Niños que sepan qué comen y padres implicados, claves para frenar la obesidad

Niños que sepan qué comen y padres implicados, claves para frenar la obesidad

Promover la implicación de los niños en su alimentación, instaurar una asignatura escolar para enseñarles a cocinar comidas sanas y formar a los padres para que conozcan qué alimentos deben darles a sus hijos, son las claves para acabar con la obesidad infantil, que hoy afecta a uno de cada ocho menores.

Así se ha puesto de manifiesto durante los «Diálogos EFE Salud: Obesidad, epidemia del siglo XXI», en el que han participado los cirujanos Carlos Sala, jefe de la Unidad de Obesidad de Quirósalud Valencia, y Aniceto Baltasar, pionero en España en cirugía bariátrica, la experta en la endocrinología infantil Almudena Navarro y la nutricionista Rocío Práxedes.

Los participantes en el encuentro, organizado por Efe junto con Quirónsalud y el Ateneo de Valencia, coinciden en que la concienciación de los padres y la implicación de los niños en los colegios, donde en la mayoría de los casos reciben menús hipercalóricos, podrán frenar una obesidad que ya es considerada como una pandemia mundial y que en el caso de España afectará al 80 % de los hombres y el 55 % de las mujeres en el año 2030.

La doctora Navarro ha resaltado que muchas veces los padres alimentan mal a sus hijos por simple desconocimiento y ha destacado que las cifras actuales son «muy alarmantes porque la obesidad en la infancia desemboca en la obesidad en el adulto», además de que antes no había niños con obesidad, algo que empezaba en la etapa adulta, a los 25 o 30 años.

Esas personas, tras 15 o 20 años de sufrir obesidad presentaban problemas de comorbilidad y patologías asociadas a partir de 50 años, pero como «ahora la obesidad se ha trasladado a la infancia, ya estamos viendo en adolescentes problemas y secuelas como diabetes».

En este sentido, el doctor Sala ha indicado que la diabetes en la infancia y en la adolescencia es mucho más agresiva que en el adulto porque consume las células beta del páncreas cuatro veces más rápido, es decir, la diabetes progresa mucho más rápido en el adolescente y en el niño que en el adulto, por lo que tendrá lesiones en los órganos diana mucho antes que un adulto.