Niños reos van escuela Irak

Niños reos van escuela Irak

BAGDAD, (AFP) – Vestidos con un atuendo naranja que recuerda al uniforme de los reos de la base estadounidense de Guantánamo, unos 800 menores iraquíes, encarcelados por el ejército de Estados Unidos en una prisión cerca de Bagdad, siguen un programa intensivo de educación.

 Despertados puntualmente a las 05H00 de la mañana en el campo Cropper, los presos, de entre 10 y 17 años, son llevados cada día a una escuela estadounidense. Invariablemente, siete días de siete, ocho horas al día.  El objetivo: educar y mejorar el comportamiento de estos niños y adolescentes, iletrados, que fueron tentados por la criminalidad tras vivir la miseria y las atrocidades de la guerra.  Muchos de ellos presenciaron con sus propios ojos la muerte de sus padres, hermanos y hermanas.

 Según los militares estadounidenses, la mayoría fue arrestada por haber fabricado o poseer artefactos artesanales. Otros por transporte de armas e incluso, algunos, por ser considerados presuntos combatientes. Algunos detenidos llevan en el campo Cropper más de un año, si bien esta práctica es ilegal.

 El general estadounidense Douglas Stone, comandante encargado de la seguridad en las prisiones de Irak, afirma que todos estos menores representaban una amenaza para el país.

 Ahora, el ejército se propone convertirlos en jóvenes modelo, con una educación que incluye clases de árabe, inglés, matemáticas, ciencia o geografía, así como lecciones de derechos cívicos para acabar con su ignorancia, que, según Stone, es explotada por los extremistas.

 La escuela dispone de todo el material necesario, incluidos DVD y libros como la saga de Harry Potter en árabe.

 Con los pies desnudos, los alumnos corretean por las pistas pavimentadas del recinto, haciendo botar un balón, en una atmósfera alegre, bajo la atenta mirada de los soldados. «¡El partido finalizó!». Los militares ordenan a los alumnos ponerse de rodillas, con las manos sobre la cabeza, recordándoles su condición de presos y su obligación de asistir a la próxima clase.

 En el interior, los soldados, con ‘sprays’ de pimienta en mano, vigilan a los alumnos, mientras los profesores, civiles iraquíes, se esfuerzan por inculcarles las bases del saber.  «¿Dónde están las montañas de Irak?», pregunta un docente de geografía. «¡Al norte de Bagdad!», responden con entusiasmo los estudiantes.

Prosiguen ataques

BAGDAD (AP) — Al menos siete personas murieron el sábado en ataques de mortero sobre un enclave chií al norte de Bagdad, indicó la policía, y las autoridades en Kirkuk advirtieron que los insurgentes están hallando nuevas formas de frustrar las medidas de seguridad.  Aproximadamente 16 proyectiles de mortero cayeron sobre casas en la zona residencial de Sharqiya en Khalis, blanco frecuente de presuntos insurgentes suníes ubicado a unos 80 kilómetros (50 millas) al norte de Bagdad en la inestable provincia de Diyala, señaló la policía.  La cifra de muertos era de siete después de que tres personas murieron a consecuencia de sus heridas, dijo un funcionario del ejército iraquí, el cual pidió guardar el anonimato porque no tenía autorización para divulgar la información.  Indicó que uno de los muertos era una bebé de cuatro meses y su madre estaba entre los 18 heridos.  Más al norte, tenderos en Kirkuk barrieron pedazos de vidrieras y otros escombros del pavimento manchado de sangre horas después que una serie de bombas azotara zonas comerciales en la ciudad, matando al menos a cuatro personas y dejando heridas a 18.

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