Como parte del activo programa de Educación Continuada que lleva a cabo el Colegio Dominicano de Psicofarmacología, tuvimos una muy ilustrativa conferencia sobre el tema del Déficit de Atención e Hiperactividad en los niños, de parte del destacado psiquiatra Dr. Moisés Taveras Ramírez, quien fue presentado por el moderador de esa noche en el restaurante Scherezade, su colega el Dr. José Roedán.

Noche de sapiencia y modernidad, sobre un tema de gran actualidad en el mundo de las neurociencias, como lo es la conducta hiperactiva y los importantes problemas de atención en los niños.

El expositor se refirió a los aspectos más modernos que tiene el llamado TDAH, o Trastorno de Atención con Hiperactividad en los niños, un campo del que él es un experto. Hizo referencia a los nuevos avances de la enfermedad, con énfasis en los nuevos criterios de diagnósticos.

En los casos típicos, es el niño que no logra un segundo de sosiego, no atiende las clases, no logra prestar atención, tiene que estar haciendo algo permanentemente, no logra que su cerebro se concentre en algo, y de manera lógica su rendimiento escolar está alterado, pues no medita sus atronadas respuestas. El DSM es la “Biblia” de las clasificaciones de las enfermedades psiquiátricas. Una quinta revisión espera por los escrutinios, que al parecer van en la línea de establecer que los aspectos diagnósticos se centrarán más en los síntomas que en las comorbilidades, que siempre lleva implícitas esta enfermedad de la inatención y el aceleramiento.

Para su diagnóstico son considerados 18 criterios, 9 referentes a la hiperactividad y 9 relacionados con la impulsividad. Sabemos que en la mayoría de los casos la ayuda profesional se busca cuando hay alteraciones en los aspectos escolares, sociales, familiares y laborarles. Esas alteraciones detectadas por terceros son los que motivan a buscar la asistencia. El síndrome es de variada etiología, donde lo genético se acepta como preeminente. En un 8 a 12% hay una historia familiar positiva o de una expresión frustrada del síndrome en uno de los padres en su vida adulta. Corresponde al neurólogo establecer si hay o no organicidad en cada uno de los casos. Se consideran también  daños en el cerebro durante el embarazo y el parto, bajo peso al nacer, etc. Hasta hoy sólo tenemos  posibles causas de esta entidad médico-psiquiátrica, que es responsable de la falta de progreso en la escuela, conductas bizarras, agresividades, desfachatez en sus relaciones con los demás y la no consecución de metas establecidas.

De no manejarse temprana y adecuadamente a estos niños, ellos en sus etapas ya de adolescentes y adultos serán en gran medida los dirigentes de las pandillas para cometer actos criminales, con mayor chance de caer en adiciones y drogadicciones, ellos rara vez logran terminar una carrera u oficio, son los mayores protagonistas de matrimonios desechos, numerosos son los empleos por los que pasan y de los que son despedidos. Con gran inestabilidad emocional, en fin, con una desorganización en sus vidas que terminan casi siempre en una subsistencia cuestionable desde el ámbito social y humano.

Afecta alrededor del 8% de la población infantil, más frecuente en varones. Es muy triste que los condenemos a una vida pesarosa. En próxima entrega, nos referiremos a los adultos que tienen este descontrol mental.