Todo ser humano viene al mundo a cumplir una misión y de ello hay miles de ejemplos: uno puede ser el de la joven voleibolista, Niverka Marte, oriunda de Herrera, en la capital.
La atleta, de 17 años, narró que no le gustaba el voleibol y de repente al ver por televisión a Milagros Cabral en uno de los partidos de los Juegos Panam 2003, se impresionó gratamente. Y ahí nació la chispa por el voleibol.
Ella se desempeña como acomodadora y está trabajando en esa nueva posición, ya que antes era salidora en categorías menores.
Niverka, que en ese momento tenía 12 años, le pidió a su padre, Ramón Marte, que la llevarla al Pabellón para practicar voleibol.
Así se inició Marte, que en poco tiempo ha integrado las selecciones en infantil, juvenil y ahora de las mayores. «Todo ha sido muy rápido y estoy muy contenta con el progreso que he venido registrando, dijo.
Y abundó: gracias a la ayuda de los técnicos y de las veteranas que siempre me brindan consejos sanos», dijo.
Sus padres. Dijo que desde que comenzó a jugar voleibol ha contado con el apoyo de su padre, Ramón Marte y su madre, Mary Luz Frica. «Ellos me apoyan, siempre están brindándome buenos consejos y que no puedo descuidar mis estudios», añadió.
Recordó que el entrenador Víctor Sepúlveda fue su primer dirigente y le agradece mucho. En 2006 participó como Selección Infantil en el Torneo NORCECA en México y fue la capitana.
Quiero reforzar en el exterior, es otra meta.