El pasado sábado 5 de mayo, el Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Iván Grullón, denuncio en un acto de graduación en el recinto de la UASD en San Juan de la Maguana, que el ¨hombre del maletín¨ ha llegado a la casa de altos estudios, algo que no me sorprende, ya que existe una candidatura auspiciada por corporaciones.

Grullón, al citar la frase «eso lo saben hasta los chinos de Bonao», hace referencia a lo que está pasando en la UASD, producto del venidero proceso, donde serán elegidas las nuevas autoridades el próximo 20 junio.

Es una realidad lo expresado por el Rector, se comenta en el campus, pues como secretos a voces se dicen los nombres y apellidos de quienes sustentan las corporaciones patrocinadoras de candidaturas.

Pero me hago la pregunta: ¿A cambio de qué llega el «hombre del maletín» a la UASD?.

Como sabemos, en la UASD existe un presupuesto limitado, que por ley debe el 5% del Presupuesto Nacional, pero apenas recibe el 2.5%, que asciende a unos RD$7,400 millones para sustentar a la sede y a 19 centros y subcentros, con una matrícula de 200 mil estudiantes, con alrededor de tres mil profesores e igual cantidad de servidores administrativos.

¿De dónde se servirá el «hombre del maletín» si logra sus objetivos?.

Es la pregunta que debe hacerse la familia universitaria si permite que esa nube negra empañe la academia que exige mayor presupuesto para la mejoría de los servicios y aplicar una mayor investigación para beneficio de las ciencias.

Los docentes que representan el 94% del Claustro Mayor son los llamados a negarle la entrada al «hombre del maletín» como indicó Grullón, porque de ellos dependen el inicio del saneamiento que la UASD necesita.

Los docentes tienen la responsabilidad de enfrentar a las corporaciones que actúan a sus anchas en este proceso tan importante para la Alma Mater, y con su voto el próximo 20 junio librarán de un mal sabor a la familia uasdiana.

Hoy, a 41 días de las elecciones, se debe estar consciente de las intenciones de las corporaciones, empeñadas en adueñarse de las finanzas de la UASD y sus propiedades.