No arriesgue su auto

No arriesgue su auto

Uno de los patrimonios que toda persona busca adquirir, además de su casa, es un automóvil, nuevo, semi-nuevo o con algún que otro año de más. Por ello el auto se coloca como el segundo bien más buscado, y por ende el más usado en el mundo. Y es precisamente en el uso donde a veces se presentan grandes problemas, sobre todo en este periodo de año cuando los aguaceros nos obligan conducir bajo lluvia.

¿Sabía usted que conducir bajo lluvia aumenta el índice de accidentes? ¿Y que muchos de los daños por lluvia no tienen garantía? como por ejemplo: Problemas con el motor.

Peligro de muerte

El conducir entres ríos y lagunas, así se ponen nuestras carreteras en este periodo de año, pone en riesgo no solo nuestra vida, sino también las de los pasajeros que nos acompañan. Conducir con lluvia representa mucho más riesgo de accidentes si las condiciones del auto son malas y se corre a alta velocidad, pero también los autos nuevos y en muy buen estado no son exentos de peligros.

Cuando está lloviendo y las vías se inundan, es mejor detenerse en un lugar seguro y no seguir “navegando”, recuérdense que el auto es eso, un auto, no un bote, lancha o barco.

En condiciones muy malas, es aconsejable reducir la velocidad por lo menos a la mitad de lo permitido, si es de 60 km/h baje a 30 km/h.

Aquaplaning

El problema de conducir con carreteras inundadas es el agua. El llamado efecto “aquaplaning”, es el causante de que cada año muchas personas mueran o sufran lesiones graves.

El aquaplaning es un efecto que se manifiesta al formarse una película de agua delante del neumático, que al ser pisada por éste y no logrando las ranuras de la banda de rodamiento drenarla, lo hace patinar o deslizarse como se tratara de una tabla de surfing.

El agua debe ser evacuada, por lo que se necesita un buen dibujo en los neumáticos, algo que muchos autos no traen por ser cubiertas usadas o desgastadas.

En la cresta de la ola

Ante una situación de “aquaplaning”, debe sujetar la dirección(el guía) y no pisar el freno ni dar volantazos, y mucho menos acelerar. Sobre superficie mojada no debe apurar jamás la frenada, pues entrará rápidamente en derrape.

Este efecto, combinado con una buena dosis de “autoconfianza” ante la lluvia, suele terminar casi siempre en un choque por alcance o una perdida de direccionabilidad con consecuente salida de carretera.

Ante la situación de conducir sobre superficies mojadas, reduzca su velocidad y aumente la distancia con el vehículo que lo precede.

Los frenos, sobretodo los de tambor, pierden eficacia al mojarse. Después de atravesar un charco, frene ligeramente dos o tres veces para reestablecer el secado de los elementos frenantes del sistema.

Cero garantías

Una de las garantías de autos nuevos que normalmente se pierde bajo estas condiciones, es la del motor, si en la lluvia el auto “ingiere” agua directo al sistema de inyección de combustible, el motor fallará y el daño es fatal y caro.

Para que no le pase esto, revise su auto antes de salir y disminuya velocidad en lugares donde el agua rebase la altura de la defensa del auto.

El seguro

Los automóviles actuales se desplazan con tal suavidad sobre el asfalto que nos hacen perder la perspectiva de la velocidad.

Pero recordemos, en situación de lluvia, un auto sin ABS a 120 km/h necesitará más de 150 metros para detenerse (sin deslizarse), desde el momento en que el conductor capte un obstáculo en la carretera y hasta que ese obstáculo es alcanzado.

En este caso y en muchos provocados por conducir bajo lluvia, las agencias de autos y las aseguradoras deslindan responsabilidad, debido a que el contrato de compra del seguro lo contempla. Cuidado, es mejor evitar “navegar” bajo la lluvia y llegar tarde pero seguro y asegurado.

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