Sylvie Bertrand, representante regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para América Central y el Caribe
El lema de este año de la campaña por el Día Internacional contra la Trata de Personas exhorta a toda la sociedad a ser la voz y el rescate de las víctimas de este delito, con especial atención a los niños y niñas que, por su situación de vulnerabilidad en todos los aspectos, les es muy difícil o imposible denunciar su victimización.
Los datos del Reporte Global de Trata de Personas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) del 2022 indican que, a nivel global, los niños y niñas constituyen el 35% de las víctimas, sin embargo, en Centroamérica y el Caribe la cifra asciende al 73% de las personas víctimas detectadas, con mayor incidencia en las niñas. Además, los niños (niñas y niños) tienen 1.7 veces más probabilidades de sufrir violencia física o extrema que los adultos (hombres y mujeres), y las niñas tienen 1.5 veces más probabilidades de sufrir violencia que las mujeres.
Las niñas y niños, víctimas de trata de personas, pueden ser de todas las edades. Desde el nacimiento, siendo recién nacidos pueden ser víctimas de explotación. Por ejemplo, han habido casos de trata de personas en los que bebés han sido explotados por otras personas para mendigar y les suministran somníferos para que permaneciesen dormidos. La crueldad de los tratantes y de las personas clientes explotadoras se tiene que detener y para eso se necesita que todos los testigos rompan el silencio.
El impacto psicológico y social de la explotación en la vida de un menor de edad es mucho mayor debido a su psique en desarrollo y con recursos cognitivos limitados, por estar en proceso de maduración. En varios casos, carecen de experiencias vitales sanas previas y ausencia de círculo de personas íntegras que le protejan. El primer anillo de seguridad de los niños es toda la sociedad: hacemos un llamado a reportar las situaciones sospechosas y tomar acciones para proteger a niños y niñas.
Recordemos que los menores también pueden ser víctimas de trata en todas las modalidades, al igual que las personas adultas: explotación sexual, laboral, mendicidad forzada, tráfico de órganos, utilización para grupos delictivos, actividades ilegales, etc. Los modus operandi en el delito varían según las condiciones que los tratantes encuentran en cada país para perpetrar el delito. Los países deben tener cero tolerancias ante la trata de personas. Para combatir eficazmente este delito se necesitan esfuerzos concertados a nivel nacional e internacional. Los estados deben priorizar la protección infantil, fortalecer la legislación, mejorar la aplicación de la ley y promover la asignación de recursos para combatir la trata de niños y niñas., lo que implica actualizar las leyes nacionales al Protocolo Internacional contra la Trata de Personas y a las nuevas modalidades del delito, en especial, en el ámbito financiero y telemático.
Es importante recordar que el delito de trata de personas puede ser perpetrado completamente dentro del ámbito nacional o también puede ser transnacional: ser país de origen de las víctimas, país de tránsito y/o de lugar de explotación. En estos casos, la cooperación jurídica internacional es clave. En muchas ocasiones, este delito está asociado al crimen organizado y, en ocasiones, se entremezcla o concurre con otros tipos de delitos como el de tráfico ilícito de migrantes, lavado de activos, tenencia ilícita de armas, entre otros. Es importante continuar reforzando la cooperación interinstitucional, internacional y entre todos los actores de la sociedad para combatir la trata de personas.
Uno de los desafíos añadidos que se encuentra actualmente para el combate contra este delito en personas menores de 18 años es la captación directa a través de la tecnología, en especial a través de los videojuegos o redes sociales, o disfrazado de amor romántico online, como señuelo.
En otras ocasiones, la captación puede ser a través de personas conocidas, bien por otros pares o vecinos, e incluso por el vil consentimiento de quienes tienen el deber de protegerles (padres, tutores, familiares, maestros, médicos), o incluso por el abuso de poder de personas a quienes admiran (por ejemplo, personas famosas, influencers o youtubers). Como protección adicional, en el Protocolo Internacional contra la Trata de Personas se establece que, en el caso de los niños, no será necesario demostrar los medios comisivos para que sea considerado el delito de trata de personas.
Los países están haciendo muchos esfuerzos por proteger a los niños y se han visto experiencias exitosas, como la implementación de la alerta Amber, un sistema de emergencia que se utiliza para la rápida difusión de información en casos de desaparición de niños y niñas. También, otras prácticas de prevención dirigidas a niños han mostrado resultados exitosos en varios países. Estas experiencias vienen a demostrar que se crea un escudo cuando todos los estamentos de la sociedad están coordinados y se actúa a favor de la integridad y la libertad de los niños.
No dejar a ningún niño atrás en la lucha contra la trata de personas, venga de donde venga, y esté donde esté, implica involucrarse en la detección y en la lucha contra este delito. ¡Únete a la lucha contra la trata de personas!