El miedo ha sido su palanca y bastón. Vencerlo y doblegarlo, superando cada reto que se ha impuesto, le ha permitido crecer y alcanzar lo que ninguna mujer había logrado antes: graduarse con los máximos honores como licenciada en ciencias de las finanzas y contabilidad de la American University, de Washington, y ocupar el puesto de sales trader en el Citigroup Global Markets, de Nueva York.
“Si algo no te está dando miedo es porque no vale la pena”, afirma Mercedes Marie Beras-Goico Canalda, a sus escasos 23 años. “Que te dé miedo, pero que ese miedo no te venza”, agrega.
Becada. Cuando Mercedes comienza a hablar de su vida lo hace, recordando que cambió de colegio tres veces: primero estuvo en el Saint George, de primero a cuarto de primaria; luego en el Ashton, de quinto a octavo; y en Saint Michael durante el bachillerato.
Estos cambios, asegura, la ayudaron mucho a adaptarse a la cultura americana. También le enseñaron a comenzar desde cero, una y otra vez. “Siempre fue un reto, un desafío para mí, pero creo que aprendí mucho para poder llegar a donde estoy ahora”.
Pero poder estar ahí, en los Estados Unidos, llevó un proceso. Para comenzar, influyó que su padre, Tutín Beras-Goico, siempre le decía que tenía demasiado talento para quedarse en el país. Al llegar al primero de bachillerato, donde tenía profesores americanos, supo que lo suyo era irse.
Para ello, como sus padres Tutín Beras-Goico y Mercedes Canalda no podían pagarle la colegiatura, aplicó a trece universidades para ver si alguna le daba una beca completa. Todas la aceptaron pero sólo una le ofreció lo que necesitaba: la American University, de Washington.
Fue así que, con apenas 17 años, Mercedes se fue a estudiar fuera. Al principio, como era de esperar, tuvo que pasar por un intenso proceso de adaptación que incluyó aprender a hacerlo todo por ella misma. “Yo me fui con una maleta, como si me fuera de viaje para Disney y al mes, cuando yo me di cuenta de que ya yo no tenía ropa limpia, fue que yo dije: ay, pero es de verdad”.
Lo personal, sin embargo, era lo de menos: el trabajo más duro sería académico.
“Si yo quería sobresalir en una universidad americana yo tenía que llegar al nivel de ellos, sobrepasar el nivel de ellos y procurar que alguien más supiera que yo estuviera haciendo eso”, dice al tiempo de agregar que lo que buscaba era tener el apoyo de la gente clave, como el decano de la universidad o la directora del programa que iba estudiar.
Para lograrlo, Mercedes se puso a trabajar como recepcionista en el Colegio de Negocios. “Me hice pana de toda esa gente, de todos los profesores. Ellos llegaban y yo les tenía lo que necesitaban por la mañana: su horario, o lo que sea“.
Gracias a esto, se hizo muy amiga de la directora de los programas académicos, quien le recomendó qué clases debía tomar para poder graduarse del programa de finanzas que iba a salir cuando Mercedes estuviera en su último año.
“Cuando anunciaron el programa, ya me quedaban tres clases requeridas y las cogí y me gradué. Eramos 75 que nos graduamos con ese diploma, Bachelor’s in the Science of Finance, Minor in Accounting: 74 hombres y Mercedes”.
Consejos. A pesar de su juventud, Mercedes posee la madurez de quienes saben hacia dónde van. La mejor muestra es escucharla decir que está dispuesta a hacer lo que sea necesario para conseguir sus metas, sin importar qué tipo de trabajo tenga que hacer.“Uno tiene que tener la visión de poder decir: óyeme, si yo tengo que barrer pisos y esto me va a llevar a ser Presidente, yo voy a barrer pisos hoy y tú vas a ver que el que trapea me conoce, porque sabe que yo barro los pisos bien y después el manager se va a dar cuenta y después tal gente se va a dar cuenta y poco a poco, si uno se traza metas y uno se faja, uno va a llegar”, afirma Mercedes.
Trabajo. Conseguir trabajo en el Citigroup fue fruto de las buenas decisiones que Mercedes tomó con respecto a su vida académica. Cada verano ella hacía una pasantía diferente: la primera fue en una oficina de recursos humanos que reclutaba personal y la segunda, en el Banco BHD, de Santo Domingo. Ambas experiencias le sirvieron para ser elegida para un programa de pasantía de diez meses en el Citibank.
Al terminar la pasantía, en su tercer año, le ofrecieron trabajar allá cuando se graduara. De eso han pasado dos años y medio y ella está en un programa de analistas de tres años, que le ha dado la oportunidad de hacer un trabajo distinto cada año. El primero fue de planeamiento y estrategia, lo que le permitió aprender cómo piensan los managers internamente; y el segundo fue enfocado en el cliente.
Ahora Mercedes está en el tercer y último ciclo, que es mucho más intenso, ya que es trader (compra y vende en la Bolsa de Valores). Tan fuerte es su jornada, que comienza a las 5:55 de la madrugada; cuando llega a su oficina, revisa todo lo que se vendió y compró el día anterior y realiza el informe que será discutido en una reunión que tienen a las 7:00 de la mañana.
Eso, sin embargo, no le molesta porque esta era la posición que ella quería. Ahora sólo queda saber si es a lo que quiere dedicarse de por vida y si, una vez pasado el tiempo de prueba, le ofrecen la posición de forma permanente. Lo más probable es que Mercedes lo consiga. Con su tesón, logrará todos sus sueños. Por ello, algún día, también la veremos con un diploma de Harvad, que es donde quiere hacer su maestría.
M. Beras-Goico
sales trader en el citibank
Siempre adelante. Con sólo 23 años ella ha llegado hasta donde ha querido. Con dedicación, metas claras y mucho optimismo, Mercedes ha sabido librar todas las batallas necesarias para llegar hasta el éxito. ¿La clave? No dejarse vencer por el miedo.
Legado. Haber dejado en la universidad el club Hispanic Business Association, con el que creó una red de contactos de empresarios, profesionales y académicos hispanoamericanos.