POR SANTIAGO GONZÁLEZ
SANTIAGO.- Pese a que las familias residentes en zonas vulnerables de la Cordillera Septentrional, donde se produjeron derrumbes de viviendas por agrietamientos y deslizamientos de tierra, esperan ser reubicadas, deberán conformarse con la reconstrucción de sus casas, porque el gobierno no tiene planes de reubicarlos.

El gobernador provincial, José Izquierdo, dijo ayer que están a la espera de que las lluvias cesen definitivamente para determinar las acciones a emprender, pero descarta que se les vayan a construir nuevas viviendas a las familias afectadas.

«Eso es imposible. Aunque hemos estado socorriendo con alimentos y con frazadas a las familias cuyas viviendas se deslizaron o han sufrido algún agrietamiento», resaltó.

Residentes en unas 14 comunidades de la zona tienen aún el temor de que sus residencias se vayan al suelo o sucumban por las aberturas que se observan.

Hay residencias en los poblados de Los Quemados, Tinajita, La Cumbre, entre otras, donde hasta las camas están desequilibradas debido a las grietas.

«Nosotros estamos esperando porque nos han dicho que nos van a ayudar», comentó Pablo Antonio Ramos, uno de los que perdió su casa en el poblado de Palo Quemado, a 4 kilómetros de La Cumbre.

 Agregó que las autoridades pasaron por ese lugar a principio de los aguaceros y ofrecieron trasladar las familias, pero que no han vuelto a hablar de este asunto.

Otro residente, Ramón Lora, quien tiene un taller de procesar ámbar, dijo que el negocio ha bajado porque ya los turistas no pasan por la carretera Luperón.

Los derrumbes y deslizamientos de tierra han continuado en distintas comunidades, debido al debilitamiento de los terrenos por los aguaceros registrados en la zona durante un mes.

Los poblados afectados están ubicados en la parte más vulnerable de la Cordillera Septentrional, o sea, desde Villa Trina hasta las proximidades de Altamira, en la provincia Puerto Plata.