POR MARIO MÉNDEZ
Después de haberse dicho que no había existido negociación alguna, sino simplemente adhesión, ahora hasta los sectores que albergaban los mayores temores: el farmacéutico y el agropecuario, defienden lo negociado en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (DR-CAFTA).

Para la licenciada Sonia Guzmán de Hernández, a quien sin esperarlo el presidente Hipólito Mejía le encomendó la tarea de encabezar las negociaciones, el DR-CAFTA ha sido considerado el tratado de libre comercio con los Estados Unidos, de nueva generación y mejor negociado y está siendo tomado como modelo por organismos internacionales.

Explica que la República Dominicana consiguió beneficios que no lograron Chile ni los propios países centroamericanos en el CAFTA.

¿Cómo fue posible lograrlo?

La licenciada Sonia Guzmán de Hernández lo explica en un libro que pondrá en circulación el próximo lunes en la capital y el martes en Santiago, con el título: “La Infrahistoria del DR-CAFTA”.

Es una obra, con prólogo del sacerdote José Luis Alemán, en la que su autora explica cómo se condujeron las negociaciones. Por lo conversado con ella, el secreto del éxito en las negociaciones estuvo en la conformación de un equipo de técnicos, bajo su dirección, que operaba como una orquesta sinfónica.

Lamentablemente, este equipo luego fue desintegrado, aunque todavía algunos se mantienen trabajando, de manera aislada, en áreas relacionadas con el tratado, explica la ex secretaria de Industria y Comercio y jefa del equipo negociador dominicano.

Otro factor importante, dijo, fue la transparencia y la relación de confianza entre las partes en las negociaciones.

Manifestó que sólo hubo un caso, en una de las muchas mesas de negociaciones, en el que se presentó un problema de transparencia y confianza.

Explica que la transparencia y la confianza son importantes, porque los Estados Unidos es un país que quiere que le pongan los números claros en las negociaciones.

Citó el caso, por ejemplo, de los vehículos, donde se pudo lograr una apertura gradual del mercado, a pesar de que la jefa negociadora de los Estados Unidos, Regina Vargo, le había dicho que estaba recibiendo llamadas de todos los fabricantes de vehículos de los Estados para que se abriera el mercado dominicano.

La licenciada Guzmán de Hernández reveló que la dijo a Vargo que eso no podía ser, por las fuertes implicaciones que una apertura de golpe tendría sobre las finanzas públicas, a demás de que, de repente, no se podía dejar en el aire al resto de los suplidores que operan fuera de los Estados Unidos.

Explicó que la forma transparente como se manejaron las informaciones en torno a este tema facilitó que el equipo negociador de los Estados Unidos cediera, aceptando una apertura gradual del mercado.

“Lamentablemente, las cosas han cambiado en la fase de implementación del DR-CAFTA, ya que posterior a la negociación dimos algunos traspiés como país”,  por lo cual “nuestra imagen se ha deteriorado un poco en Washington”, comentó. Consideró que “los mismos cambios de fecha para el inicio de la implementación del tratado no dan una señal de decisión para que esto se encamine y se ponga definitivamente en ejecución”.

“Lo que pasa es que usted tiene que ser serio con quien usted negocia. Si usted no es serio y dice hoy una cosa y mañana otra, usted pierde credibilidad”, expresó.

Cuestionó que “tenemos seis  o siete meses afirmando que todo está listo, pero el Tratado no termina de implementarse”. Señaló que el embajador de los Estados ha dicho que hay algunos cabos suelto.

¿Qué pasado?

La licenciado Sonia Guzmán de Hernández explica que cuando se terminó de negociar el tratado había algunas reglamentaciones que había que sacar complementarias a ciertas leyes, pues todas las leyes de la República fueron preservadas.

“Pero había una serie de regulaciones para interpretar esas leyes, que había que puntualizar”, agregó.

Recordó que Estados Unidos aceptó que fuera como reglamentaciones, pero que al cambiar tanto de posición el gobierno actual, los negociadores norteamericanos dijeron “mira ya yo no quiero eso como reglamentación porque eso se cambia de un momento a otro. Yo quiero que eso me lo pasen por el Congreso”.

Por ejemplo, señaló que el DR-CAFTA requería de regulaciones que complementaban lo que se establecía en ese tratado para concesión y licitación de obras públicas.

“Eso con una simple reglamentación que aclarara y regulara todo lo que establecía el tratado, se podía resolver. Pero ahora Estados Unidos ha dicho no: yo quiero una ley sobre contrataciones y obras del Estado, porque se supone que eso es más permanente”, explicó.

También señaló que la cosa que tiene que funcionar de acuerdo al Tratado son las aduanas y que, en el caso de México, ha sido un ejemplo de cómo se cambió de una gran corrupción en las Aduanas, a ser una de las aduanas más transparentes, comprable con las de Estados Unidos.

“Sin embargo, cuando nosotros estábamos en la Secretaría de Industria y Comercio dejamos a las aduanas valorando con la valoración GATT. Ahora eso lo han cambiado y se está valorando subjetivamente”.

“Eso lo saben todos los industriales y comerciantes que me están oyendo y traen materias primas o mercancías. No se está aplicando la valoración GATT, sino que toman la factura y te dicen esto no costó 100, sino que dicen eso cuesta en Estados Unidos al público tanto, y se valora así, pero están los impuestos y una serie de cosas que resultan en que no se está valorando correctamente”, explicó.

Consideró que la forma como se está valorando no está dentro de las leyes ni en ninguna parte.

“Yo sé que después de que se aprueba todo lo que está supuestamente listo para entrar en el tratado, en Estados Unidos se van a sentar con los representantes del país y van a preguntarles qué está pasando en las aduanas”, advirtió.

Afirmó que lo que peor de estas cosas es que el país “da una connotación de poca seriedad y de que cambiamos las reglas”.