“Si te dan dinero coge, si vas a votar, escoge. Toma todo lo que te den, pero a la hora de votar, vota por quien tu corazón te indique”. Ambas frases corresponden a consignas esgrimidas para las elecciones de diciembre de 1962. Aquella vez, la vergüenza venció el dinero.
De nuevo vuelve el dinero como protagonista, se trata de la gente que actúa bajo el predicamento de que “papeleta mató a menú”, que las elecciones se ganan con mucho dinero, ello, a propósito de las próximas elecciones municipales que algunos adivinos presentan, como la última batalla que reflejará, como una encuesta del día después, los resultados de las elecciones para determinar quién obtendrá la Presidencia de la República.
Los rumores, señalamientos e informaciones que circulan en el mundillo político bien informado y en las redes sociales, dan cuenta de sumas estratosféricas que, según esas fuentes, manejan candidatos a la alcaldía, dinero proveniente de sus partidos, mientras los candidatos del gobierno tienen a su favor todo el fondo inacabable del erario.
Algunos sabios analistas de profunda visión, dudosos de la fuerza electoral de sus candidatos presidenciales, sostienen que el partido que obtenga la mayoría en las elecciones municipales, repetirá la votación para las elecciones generales. Nada más falso.
El elector tendrá ante sí candidatos para el gobierno de la ciudad, cuyas vidas deben ser y son conocidas por todos. Ya no se votará por partidos, aunque sí en favor de candidatos que representan sus partidos.
No habrá arrastre que favorezca candidatos sin brillo, sin historial de servicio, desconocidos en su accionar en favor de los más, en favor de la comunidad.
En las municipales, se votará por la historia de vida, la hoja de servicios de cada candidato, ello contribuirá a permitir que el elector decida por cual oferta electoral tomar su decisión. También se tomará en cuenta la preparación académica, la experiencia empresarial, en el gobierno o en el sector privado, la honestidad personal del candidato, sus actuaciones públicas y privadas.
Los resultados electorales municipales no son, contrario a lo que piensan algunos, una encuesta que demuestra de manera automática la decisión de votar en favor de un candidato nacional, en favor del candidato a presidente de la República.
La apabullante cantidad de dinero de la que se habla tiene una respuesta que ha sido puesta en práctica en distintas oportunidades, especialmente en las elecciones de 1962: vergüenza contra dinero.
Estamos ante una importante encrucijada, no hay vuelta atrás. Todos nos conocemos.
De un lado, los que quieren continuar engañando al país con cantos de sirenas
Y del otro, quienes abogamos por respeto a la Constitución y las leyes, contra la corrupción, en favor de servicio médico universal y educación para el trabajo y la investigación científica.