No es sólo Balaguer

No es sólo Balaguer

ÁNGELA PEÑA
La foto de portada y el título del más reciente libro de Bernardo Vega podrían confundir al lector haciéndole pensar que se trata de una sola figura, Balaguer, y de un único proceso electoral, el de 1966. Pero el ejemplar es la historia de un sinnúmero de actores que tuvieron que ver con los destinos de la República desde el 30 de mayo de 1961, cuando el país quedó sin dirección ni rumbo aparentes, con un vacío de poder que buscaban llenar por cualquier vía militares, aventureros, revolucionarios, conservadores y unos notables siempre al acecho para aprovechar el pánico colectivo, pescar en río revuelto y agregarse al abultado número de improvisados gobernantes que ha debido sufrir este golpeado pueblo.

 “Cómo los americanos ayudaron a colocar a Balaguer en el poder en 1966” es una obra apasionante, reveladora y cuidadosamente documentada que presenta un Balaguer desconocido para la mayoría: el del exilio en la Gran Urbe, visitado por cabilderos, espías, tránsfugas, vividores, mercenarios, traficantes, cortesanos, “aventureros sin escrúpulos” que le llevaban y traían informaciones, incentivaban sus ambiciones políticas, transportaban sus discursos clandestinos, le procuraban sustanciosos fondos para costear su insaciable activismo y hasta le proporcionaban “panchos” para cubrir su desnudez escasa de galas para ocasiones especiales. Bernardo Vega los cita a todos, da los domicilios y teléfonos del entonces desterrado ex presidente títere y cuenta las distinciones y esplendidez de que fueron objeto posteriormente, cuando el hombre se adueñó de la nación.

Balaguer es, indudablemente, el personaje central de este voluminoso ejemplar que no sólo está avalado por los archivos del Departamento de Estado sino por testimonios orales de muchos emisarios e intermediarios de aquellas misiones. Pero ahí están, también, otros protagonistas y otros hechos que el ciudadano común ignoraba. Por eso el índice onomástico se torna inacabable. Hay secretos del Consejo de Estado y de sus miembros, del Triunvirato y sus triunviros, de uniformados y de civiles, golpes de Estado fallidos con todos sus organizadores descubiertos, atentados fracasados, revolucionarios antitrujillistas y marxistas transados con trujillistas, contrarrevolucionarios y golpistas.

Interioridades de la Guerra de Abril, de las guerrillas de Manolo Tavárez, de la explosión del polvorín o de las misteriosas acciones de grupos de haitianos refugiados en el territorio nacional dejan tan estupefacto como los bravos desafíos de Antonio Imbert pidiendo que le dejen a ese conejo (Balaguer) para hacerse cargo o el desparpajo con que, según el autor, armó a la población agitando para bloquear el retorno del resuelto adalid del “gallo colorao”.

Las maquinaciones pro-Balaguer de los guardias del Grupo de San Cristóbal de mentalidad trujillista, las razones de los americanos para mantener a Reid Cabral, el preferido de Washington porque era hijo de canadiense, hablaba inglés y era empresario, acompañan la narración de los pasos y caídas de Juan Bosch, Jimenes Grullón, Belisario Peguero, Wessin y Wessin, Luis Amiama, Ángel Miolán, Nicolás Silfa, Neit Nivar, Hernando Ramírez, Fernando Álvarez Bogaert, Héctor Aristy, Viriato Fiallo, Pedro Bartolomé Benoit, Pou Castro, Antonio Guzmán, Morillo López, los Rodríguez Echavarría, Sacha Volman, varios serviles trujillistas, el infaltable alto clero local y un sinfín de americanos vigilantes y celosos visitando, opinando, entrevistando, quitando, poniendo… tanto como el recuento de los decisivos empujones de los yanquis para imponer al astuto, enigmático, maquiavélico, caprichoso e impredecible líder reformista, el libro es la relación más completa y detallada de la historia política dominicana de los últimos años, después del “tiranicidio”.

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