El señor Presidente respondió a los grupos que se hicieron expectativas para este 16 de agosto, cambiando dos o tres caras, y nombrando al señor Celso Marranzini en la CEDEE.

Todo seguirá igual, menos la política energética. Aquello de que iba a impartir instrucciones para que se cambiara el modelo actual por uno que se sustentara en el desarrollo de la producción nacional, se lo llevó el viento, como pasa con todo lo que promete el Presidente.

El nombramiento del señor Marranzini constituye otro eslabón en esta larga cadena: podría ser el inicio de un proceso para traspasarle al sector privado, nacional y extranjero, a precio de vaca muerta, la importante cuota que todavía conserva el Estado en este renglón estratégico del país.

Nuria Piera evidenció las prácticas corruptas del señor Segura. Eso mismo hacen todos y cada uno de los funcionarios de este gobierno, con honrosas excepciones. Pero el señor Segura era un partidario de que el gobierno conservara el control del sector energético. Ahora, apoyado en sus prácticas corruptas, al igual que se hizo cuando la avalancha privatizadora en 1997-98, donde la corrupción de los gobiernos habían restado eficiencia al patrimonio estatal, se aprovecha la situación para profundizar en la política privatizadora.

Pero el país anda por otros senderos. Nuevos sectores y comunidades se suman cada día a la lucha. Los jóvenes derrotaron al gobierno en lo de la fábrica de cemento en Los Haitises. Las mujeres han evidenciado la actitud inquisitorial del señor Cardenal en lo que al artículo 30 se refiere. Hasta el ex presidente Hipólito Mejía se ha sumado a la voz de las mujeres y del país.

Se sabe que las encuestas le infringieron una pela al Presidente, a su política y al conjunto de sus funcionarios, a excepción de Melanio Paredes que trata de hacer milagros con un presupuesto mantenido en los más bajos niveles del mundo. Y resulta que el señor Presidente se defiende de esta avalancha profundizando su política de entrega del patrimonio público y abandonando cada vez más los cambios prometidos demagógicamente, en dirección de poner la producción nacional en el centro del esfuerzo estatal y nacional.

No alcanzan las palabras de uno o más artículos para denunciar todas las ignominias que se producen en el país. Pero grano a grano se llena la gallina el buche. Es fundamental profundizar las criticas y apoyar las renovadas luchas de la ciudadanía, para crear las condiciones dentro de la cual pueda abrirse paso la construcción de una nueva alternativa política en el país, “sin Leonel y sin Miguel”, como dije en un artículo anterior.